Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Año nuevo, garzonada nueva

Empieza el año y con él muchas personas ya habrán planteado cambios para sus vidas, claro está que me refiero a los cambios que están en sus manos realizarlos, los que exceden a ellas se quedan en esperanzas y deseos.

Lo cierto y verdad es que ese cambio solo es de fecha, y de un treintiuno de diciembre se pasó al uno de enero, pero todo sigue igual. Metidos de lleno en la ola más contagiosa de toda la pandemia, que si bien no es dañina por tener gran parte de la población sus vacunas puestas, ya alcanza en casos en UCI y fallecidos unas cifras que no se pueden despreciar. Pero está claro que ya a la inmensa mayoría todo le da igual, ya están hartos de pandemia y restricciones y no son capaces de aguantar un poco más como hacemos algunos. Ya veremos cómo y cuándo termina esta pesadilla.

Además, con la economía muy bien según el gobierno de Sánchez, y muy mal según el Casado deslenguado, los españolitos tiramos para adelante sin pena ni gloria.

Que digo yo que ya puestos a cambiar cosas debido al nuevo año, por qué no cambian los políticos su manera de actuar, al menos la gran mayoría que por hache o por be tienen mucha culpa del ambiente de mala leche que se vive en el Congreso y que se transmite a la calle. Es descorazonador ver los extremos, de derecha e izquierda, insultándose en la cámara que nos representa a todos, y es más deprimente ver que los supuestos moderados, de derecha e izquierda, mimetizan los modos de la bancada extrema.

Ayer oí al ministro Garzón, podemita del sector de Izquierda Unida, que arremetía inmisericorde contra el consumo de carne en nuestro país. Yo no daba crédito a lo que estaba viendo y oyendo, un ministro atacando al sector ganadero diciendo que los animales están mal cuidados y mal alimentados, y que la carne que se consume no es de calidad. Hay que ser muy torpe para declarar eso, hay que se muy necio para tirarte piedras a tu tejado y demostrar que este gobierno no actúa en equipo, sino que cada cual hace la gestión que le parece. Evidentemente salió el ministro del ramo, el socialista Planas, enmendando la plana, válgame el juego de palabras, y ensalzando el trabajo de los ganaderos y de la carne que se consume en nuestro país. Fue muy correcto, pero en privado no me extrañaría que apodara de vegano al comunista y lo mandara a plantar lechugas.

Aunque cobrará bien por ser ministro de consumo, Garzón da poco que hablar, quizás porque poco sale de su ministerio que sea reseñable, y si da que hablar por cosas así estamos apañados. Otro ministro que sobra, como el de universidades, ministerios que había que dárselos a los podemitas por asociarse con los socialistas para formar gobierno, pero sin contenido. Si Garzón pretende justificar su cargo y su sueldo sembrando la discordia con un sector tan importante, y que no depende de su ministerio, estamos arreglados.

Lo próximo será atacar al sector pesquero, me lo veo venir, y dirá que el pescado de las piscifactorías está estresado y mal alimentado, y en agua en mal estado que luego da un pescado de pésima calidad. Y que el pescado congelado no se debe comer, como tampoco el pescado a diario porque llega podrido a los mercados. Garzón hará vigente lo que pintó el joven Sorolla, aquello de ‘luego dicen que el pescado es caro...’

Yo no soy ni vegetariano, ni vegano, y me importa un bledo lo que diga Garzón, él se lo pierde si no le gusta comer carne, es más, me comeré una presa ibérica a su salud, eso sí, acompañada de una ensaladita bien aliñada, porque tampoco tengo nada en contra de la verdura ni de la fruta.

Garzón sí que debería de aplicarse lo de año nuevo, vida nueva. Ser consecuente, que hasta ahora no lo ha sido, callar y callar que no va a dejar de cobrar, no perjudicar al país diciendo en el extranjero tanta memez y en un brote de cordura hasta llegar a dimitir, como su amigo Pablo Iglesias. Seguro, seguro, que los ganaderos y el sector cárnico en general se lo agradecerían, y yo también.