El pasado mes de septiembre hubiera cumplido setenta y nueve años, si el 10 de diciembre de 1967 la avioneta que le llevaba de gira no se hubiera estrellado en el lago Monoma dejando una estela llorosa en el mundo del soul; puesto que quien nos había dejado físicamente estaba considerado en aquellos momentos como el máximo exponente de este estilo de música. Así, cercano ya el cincuenta y tres aniversario de su desaparición, Otis Redding sigue siendo, sin duda, el cantante negro más reverenciado por los suyos y el único que fue aceptado de pleno derecho por la comunidad del rock.
Otis Redding nació en Dawson (Georgia), el 9 de septiembre de 1941. Primero de seis hijos de un pastor baptista, su infancia discurrió en la localidad de Macon, en el suburbio de Belleview. A los 15 años abandonó la escuela porque su padre enfermó de tuberculosis y se empleó en la construcción. Influenciado por Little Richard, comenzó a cantar en diversos concursos para noveles. En 1959 se enroló en uno de los grupos más importantes de la ciudad: Johnny Jenkins y The Pinetoppers, en el que cantaba, tocaba la batería y hasta conducía el furgón de los músicos. Pero no tuvo suerte con sus primeras grabaciones: Shout Bamalama y Geltin Hip.
En 1961 contrajo matrimonio con Zelma, de quien tuvo tres hijos, adoptando además a una niña. En febrero de 1962, Johnny Jenkins y The Pinetoppers publican el instrumental Love Twist, lo que provoca que los directivos de Atlantic se interesen en el grupo proponiéndoles una sesión de prueba, de la que no salieron muy satisfechos. Pero sí se fijaron en el tímido Otis Redding al que hicieron grabar la balada These arms of mine y del que dijeron que sonaba diferente, como si cantara con el alma. Y fue desde allí, desde los estudios de Stax, desde donde partió la corta pero intensa carrera artística de Otis.
Incorporado a Stax, Otis Redding contó siempre con una formación de apoyo magnífica que se llamó Booker T. y The MGs, y ya en el final de su carrera con los inolvidables Bar-Kays. Sus grandes influencias fueron Little Richard y James Brown, sin olvidar a Ray Charles y, sobre todo, a Sam Cooke. En 1963 debuta en el teatro Apollo de Harlem, el templo sagrado de la música negra. En 1964 grabó Ruler of my heart, una adaptación memorable que se recordaría a lo largo de los años. Otis Redding se afianzaba como compositor y vocalista firmando, entre otros: Come to me y Mr. Pitiful. Llegarían sus grandes éxitos: I’ve been living you too long, Fa-fa-fa-fa-fa (sad song), etc.
Los siguientes años serían de una gran actividad artística para Otis Redding. Participó en el festival de Monterrey, junto a los Who, Janis Joplin y Jimi Hendrix. Y grabó dos discos en directo: At Whiskey A-Go-Go y Live in Europe. Agotado por tanto esfuerzo, tuvo que operarse en 1967 de nódulos y retirarse a descansar durante unos meses. El 7 de diciembre del mismo año grabaría la que sería su composición más famosa: Sittin’on the dock of the bay. Tres días después subía a la avioneta con The Bar-kays para dar un concierto en el Medio Oeste. Al aparato le fallaron los motores y cayó estrepitosamente en las aguas del lago Monoma, en Wisconsin. Tan sólo sobrevivió el trompeta de la banda Ben Cauley. El corazón del soul se había resquebrajado para siempre. Sin embargo, los ecos de sus latidos aún pueden escucharse si te quedas por un momento pensativo sentado en el muelle de la bahía.