Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Los andaluces

Decían: <<Ojú, que frío>>; / no “Qué espantoso, tremendo, / injusto, inhumano frío”. / Resignadamente: <<Ojú, que frío>>; Los andaluces… José Hierro.

Cuatro años no son nada. Menos da una piedra, suelen decir los de abajo. Los que creen que han ganado son los de arriba. Están desbravados insultando a los andaluces de abajo, “los que se pasan todo el día en las tabernas. Los que hacen la O con un canuto”, según pregonan gente de arriba. Tendrán que resignarse cuatro años más, a la espera de tiempos que les sean más favorables. Cosas de milagros y vírgenes populares. No creo que puedan devolverles la esperanza los socialistas o como se les quiera llamar a estas alturas: <<Ojú, que frío>>; menos mal que “Cuatro años pasan volando”. De nuevo el “susanismo” de Triana, “voto útil” y ese “en mi hambre mando yo”, porque han ganado el pulso en el ring al trío de los insultos y la nostalgia del pasado.

Ellos son poseedores de la verdad absoluta tanto en la tierra como en el cielo. No cambiarán. Es imposible. Su oratoria se encuentra anquilosada en los genes ideológicos que los caracterizan. Aunque se pongan la mascarilla de la democracia, solo disfrazan su aparente renovación. Puede que incluso un sector importante, no desee ser heredero del reciente pasado bajo palio del Caudillo. Iluminados por aquella lucecita de El Pardo. Acariciando la mano incorrupta de Teresa de Jesús, la de su amor divinizado:

En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada,
a oscuras y segura
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!

Aseguran muchos que los fascistas ya no existen. Y como la democracia permite la ingenuidad, para qué titular de fascismo la realidad dictatorial que ahora nos viene amenazando, que puede ser tan dura y cruel como la están escribiendo Trump y otros aplicados alumnos. Posiblemente la derecha española es verdad que no es fascista. Más bien se deba a un virus inoculado, sin antídoto. Y eso el PSOE, desmemoriado por vocación y conveniencia de la mediocridad, salvo contadas excepciones, bien sabe que le favorece.

Resulta hasta cómico el tremendo y torpe esfuerzo que vienen haciendo los socialistas para sacar de ese Valle de triste memoria los restos del “Caudillo de España por la Gracia de Dios”. Una gestión silenciosa hubiese sido más efectiva, para no despertar la añoranza de la derecha nostálgica andaluza y española, sin tener que mostrar su identidad real heredada. Posiblemente no se convertiría en el fortín franquista que puede crecer de nuevo con la brisa helada de montañas nevadas, luceros y laureles plantados en los caminos.

Pero los andaluces del “susanismo” no salieron esta vez de las tabernas: “En dónde habrían / dejado su sol, su vino, / sus olivos, sus salinas. / En dónde habrían dejado / su odio... Parecían hechos / de indiferencia, pobreza, / latigazo... <<Ojú, que frío>>”. Los andaluces de las tabernas y el paro.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Tres históricos de la política andaluza manifiestan las claves socialistas a convertirse en el partido hegemónico: el socialista José Rodríguez de la Borbolla, el andalucista Alejandro Rojas-Marcos y el líder del PP Javier Arenas. Intentan responder a la pregunta más allá de los tópicos y de la refriega electoral. Para Rodríguez de la Borbolla, “La gente no solo te vota porque le parece bien lo que estás haciendo, sino también porque eres de los suyos”. Rojas-Marcos, “Hay dos factores, uno positivo desde el punto de vista del PSOE y otro objetivamente negativo. El positivo es que ellos le dieron al pueblo andaluz lo que el pueblo andaluz quería”. Javier Arenas, el político que más cerca estuvo de romper la hegemonía socialista, “El hecho de que el PSOE lleve tanto tiempo puede tener varias explicaciones, y una importante se puede atribuir a las carencias de la propia oposición. Pero hay otras dos grandes claves. Una es que España es de los cinco o seis países que más han mejorado en los últimos 40 años y en Andalucía los votantes han identificado esa mejora con el PSOE”.

Y mientras transcurren otros cuatro años, que no son nada, puede ser que Susana y su “susanismo” se asienten más en la Roma Andaluza de Trajano y Adriano, del Caminante, no hay camino se hace camino al andar, sin dejar atrás los mágicos versos de Luis Cernuda.

Sombra hecha de luz,
que templando repele,
es fuego con nieve
el andaluz.
Enigma al trasluz,
pues va entre gente solo,
es amor con odio
el andaluz.
Oh hermano mío, tú.
Dios, que te crea,
será quién comprenda
al andaluz.