A nadie se le había ocurrido pensar que finalmente el candidato elegido sería Pepe Mel. Era el preferido por todos, pero tal y como se dio su salida en el Betis y que los nombres que habían cobrado más fuerza en los últimos días eran los de Serra Ferrer y Vázquez, incluso con visita incluida nadie se hacía a la idea de que el madrileño volviese a ocupar el banquillo verdiblanco.

El Betis nos tiene acostumbrados normalmente a culebrones que, dadas sus cercanías en los últimos tiempos, parecían más bien una telenovela de esas que no llegan nunca a un final feliz.

El ambiente por Heliópolis no era el más agradable desde que Velázquez empezó a no gustar, y lo que parecía que iba a convertirse en una tragedia, supuso el punto y final que daría lugar a una nueva etapa que comenzaría de la mano del técnico del filial, Juan Merino.

Dicen que lo que se tiene en casa suele apaciguar a las fieras, y así ha sucedido. Desde la incorporación de Merino en el primer equipo hasta ahora, el camino del equipo verdiblanco ha ido sacando su alfombra roja. Después de cuatro victorias consecutivas en Liga han cerrado el 2014 en el puesto tercero con 33 puntos, a tres puntos de diferencia con primero y segundo que están igualados a puntos con 36.

Lo caótico ha desaparecido en Heliópolis y el espíritu navideño ha traído consigo ilusión, con el mejor regalo de Reyes que podía repartir, el regreso de Pepe Mel.

Pepe Mel ha señalado en su presentación oficial como nuevo técnico del conjunto andaluz que tenía muchas ganas de volver a su casa y ha destacado que no podía decir que no a esta nueva oportunidad. El técnico ha comenzado ya con los preparativos para el 2015, ya que queda mucha Liga, y el objetivo es ascender sí o sí. Reflexionando sobre su pasado en el Betis, comentó que su error fue no haber participado en la toma de decisiones, por lo que ya se ha puesto mano a la obra en el mercado invernal.

Todo parece que se ha solucionado y que ahora el Betis tiene la oportunidad de reconducir su objetivo de ascender a Primera División, pero sobre todo de darle una estabilidad a la entidad, la cual ha carecido de ella durante los períodos. 

Las idas y venidas del club han dado mucho que hablar desde los tiempos de Lopera, el cual no se ha ido y parece ser que nunca se irá. Desde entonces han pasado varios por la silla de presidente, algo que no ha sido muy favorecedor para crear una continuidad en el equipo.

El equilibrio es la mejor capacidad para sostener los cimientos de un buen equipo, y eso es algo que no han sabido cuidar en la entidad verdiblanca. Por ello, ahora es el momento idóneo de nuevos propósitos para año nuevo y comenzar de cero.

Gracias al regreso de su general, al que ellos quieren y siguen, y si caminan por esta buena dinámica con la que se han topado es hora de seguir en línea recta y de dar una alegría a sus aficionados.