Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Excesos navideños

Las fiestas navideñas, con los excesos culinarios que las caracterizan, terminan casi siempre generando picaduras de mala conciencia entre aquellos que, abusando desmesuradamente de los placeres de la mesa, acaban  por sufrir uno de los efectos colaterales propios de estas fechas: el  sobrepeso acumulado inútilmente a cuenta de comidas tan desmesuradas como pantagruélicas.

Da igual que una gran parte de la población mundial sufra hambre y muchos de nuestros semejantes mueran de inanición; da lo mismo que no haya que salir de nuestro país para ver como hay quien se levanta cada mañana con la incertidumbre de no tener absolutamente nada que llevarse a la boca y que para hacerlo tenga que recurrir a la caridad ajena; no importa que durante el resto del año gran parte de la población del llamado primer mundo se someta a estrictas dietas y regímenes alimentarios para mantener una silueta tan idílica como antinatural, amargando la existencia del gordito que todos los humanos llevamos dentro y al que condenamos a la infelicidad permanente.

Como si se tratase de las trompetas celestiales que anuncian la inminente llegada del fin del mundo, apenas llegan a nuestros oídos los acordes de los primeros villancicos, corremos raudos y veloces a llenar nuestras despensas de turrones, mantecados, polvorones y demás bombas hipercalóricas, tan exquisitas como propias de estas fechas. Nuestras agendas se llenan de citas que tienen la mesa y el mantel como denominadores comunes. Comidas de empresa, almuerzos y cenas con los amigos, con la familia, con los compañeros… se suman a las tradicionales citas culinarias de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo.

El roscón de reyes, un cóctel explosivo de grasas, hidratos de carbono y calorías sin fin, acabará poniendo un empalagoso punto y final a estos días de derroche desmedido y abrirá la puerta a los remordimientos por los excesos cometidos de los que, a estas alturas, ya da buena cuenta la báscula y que empiezan a manifestarse en forma de lorzas.

Con el estreno del nuevo año llega también el momento de las buenas intenciones y del propósito de enmienda, la época de apuntarse al gimnasio, de empezar una nueva dieta que promete milagros en pocos días, de recurrir a comidas frugales a base de las socorridas verduras y de acometer cualquier penitencia física que ayude a nuestro cuerpo a liberarse de todos los abusos y excesos que nuestra inconsciencia nos ha llevado a cometer en estos días, al amparo de la ñoñería del espíritu navideño que todo lo impregna e invade.

En definitiva, son días de buenas y fugaces intenciones.

 

Comentarios

Enviado por Rafael Fernánde... el

No podría estar más de acuerdo con lo que se plantea en el artículo. Este ciclo fiestero que hoy toca a su fin trastorna todos los comportamientos que lucimos a lo largo del año, y es por ello que son muchas las personas que manifiestan sin tapujos su hartazgo del paréntesis navideño, que comienza el día 6 de Diciembre, no lo olvidemos, y termina el 7 u 8 de Enero, según la fecha en que los estudiantes retomen sus actividades. Es demasiado largo y excesivamente edulcorado todo lo relacionado con la Navidad. Sin embargo, como en todas las demás cosas de la vida, la balanza entre lo mejorable y lo bueno, se equilibra con el deseo de buena voluntad para con los demás que impregna estas fiestas. Vecinos que no se saludan el resto del año se dan la mano en las escaleras, familiares que no se ven mucho se reencuentran, las sonrisas, que tan caras parecen en otros meses, en Diciembre están en cualquier rostro. Eso es bueno. Pero, amigo, ahí está Enero (y Febrero, Marzo...) para poner otra vez el gesto serio en las caras de la gente. Tenemos que intentar romper la estacionalidad de la sonrisa y el buen humor, de la solidaridad y del civismo.
Con el nuevo año, además de quemar grasas sobrevenidas y dejar el tabaco, tenemos que proponernos seguir empatizando con nuestros vecinos, en el sentido amplio del término, o sea con las personas que habitan el mismo mundo que nosotros.

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de las páginas web y las de correo se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.