Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Presos y gastos políticos

Vivir en sociedad implica ser responsable, saber escuchar y compartir ideas, usar tu libertad sin cortapisar la de los demás, cuidar de los servicios públicos como los propios, compartir, ayudar a cuidar y mejorar el medio que te rodea, etc.

Cuando se perturba esta convivencia de forma punible, el peso de la ley cae sobre aquellas personas que lo realizan y son recluidas en centros penitenciarios por el tiempo impuesto, más o menos largo, según la importancia del hecho.

¿Saben lo que cuesta un día en prisión más o menos? Digamos 54€, esto supones cerca de tres millones de euros al mes por los 57000 internos a nivel nacional. A esto hay que añadir la factura de medicamentos, electricidad, agua, etc. gastos generales de cualquier centro. Parece ser que el 60% son extranjeros, ¿no sería más conveniente que sufrieran su castigo de internamiento en sus países  de origen? Nuestra cárceles en comparación con otras, parece ser que son “hoteles de lujo” y no quieren la extradición bajo ningún concepto, es más, que los traen detenidos desde su país aquí para cumplir la condena, como el escalofriante caso de Pioz (Guadalajara) en vez de hacerlo en Brasil.

Las enajenaciones mentales, trastornos psíquicos, la poca importancia que dan a la vida en países latinoamericanos, el consumo de drogas y alcohol, los ajustes de cuentas entre mafias, etc. que han invadido España en unos años, hacen que el número de presos extranjeros haya aumentado excesivamente.

Ahí tenemos un gasto que si se estudiara la fórmula para quitárnoslos de encima, tendríamos un considerable ahorrillo.

Si se redujera el número de diputados, asesores, senadores, directores generales con todos sus adláteres, tendríamos un ahorro más generoso.

Si se redujeran el sueldo los políticos que quedaran después de la reducción de cargos, no lo siguieran  percibiendo al cesar en su puesto ni tuviesen pensiones vitalicias muy superior a la máxima que cobran los demás ciudadanos, el ahorro seguiría subiendo.

Si devolvieran lo robado y llevado a paraísos fiscales y pagaran los impuestos consiguientes que nos obligan a hacerlo a los ciudadanos de a pie, con la suma de todo ello, el déficit se habría reducido en un 90% por lo menos.

Los políticos hablan mucho, algunos hasta se expresan bien, pero comunican poco, sin embargo lo peor es que el ejemplo que nos dan con su comportamiento de vida es todo lo contrario de lo que predican, o sea, que el bien social que pregonan es para disfrute de unos cuantos, incluidos por supuesto toda la clase política que son los que disfrutan de una economía súper saneada, porque los demás, entre la falta de trabajo, los sueldos ridículos y las pírricas pensiones cuesta mucho llegar a fin de mes.

Pero en vez de hacer lo que deberían, ¿Qué nos dicen? Que la hucha de las pensiones está bajo mínimos, que se vayan buscando la vida como puedan los que habiendo trabajado y cotizado toda la vida  lo van a tener más difícil todavía. ¿Más?...... Que la demografía española no se sostiene, pero ¿hacen algo para primar el nacimiento de hijos? ¿Se compagina de forma real, no en papel, la maternidad con el trabajo laboral?

Son muchas las cosas a reformar y legislar para que el bien estar social camine hacia un futuro mejor, pero... ¿Qué hacen nuestros políticos? ¿Acaso se les ve cierta preocupación por arreglar los problemas acuciantes que soportamos? ¡NOOO! Solo van en busca de permanecer en la poltrona correspondiente o conseguir una mejor.

¿Saben qué pienso?  Que cada vez hay más jubilados, por separado no se tiene fuerza, pero la unión si la tiene, así que ¡ánimo! A unirse todos y reclamar todos los derechos que se lo tienen bien merecido. Se debería hacer una asociación o sindicato a nivel nacional de jubilados para poder presionar al gobierno de turno y conseguir unas pensiones dignas, porque si fueran así, las jubilaciones de los políticos cobrarían lo mismo que los demás, y así, además de justicia, se cumpliría la tan famosa frase en boca de todos ellos de igualdad social.