Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Abortos

Mucho se ha hablado del aborto desde distintos puntos de vista y mucho se ha utilizado políticamente para intentar arañar votos unos partidos y otros. Voy a dar mi opinión desde la vertiente de mujer, madre y profesional sanitario.

Argumentos como “yo puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera”,  “un  embrión o feto no es un ser humano” y como tal puedo quitármelo de encima cuando quiera,  son muy fáciles de rebatir, a poco que se piense tranquilamente se darán cuenta del gravísimo error  y la contradicción en la que están ellas mismas incurriendo.

Sin entrar en religiones ni credos, la mujer se podrá cortar si quiere un brazo, una pierna o una oreja, que para eso tenemos dos, pero el ser concebido no es su cuerpo, sino otra vida dentro del suyo, al que ella le sirve de transporte y alimento. En el momento mismo de la unión de los dos gametos (masculino y femenino) se forma una nueva  célula llamada cigoto que contiene un núcleo y 46 cromosomas (mitad del padre y mitad de la madre) y aproximadamente a las 24 horas empieza  a dividirse comenzando así el periodo embrionario. Esta es una etapa de fuertes cambios celulares  denominándose de diferentes formas y a partir de la octava semana termina el periodo de embrión y comienza la etapa fetal. Si esa primera célula no tuviera vida no se producirían todos los cambios que acontecen a posteriori, por lo tanto no se puede hablar de que un embrión o feto no es un ser humano. Es un ser con vida propia, diferente a la de la madre, no forma parte de su cuerpo, es un cuerpo dentro de otro, algo distinto a ella, por consiguiente debe considerarse igual que si estuviese ya nacido en cuanto a derechos. 

El instinto maternal que tienen todas las hembras, les lleva a sobreproteger a sus crías, y cuando una mujer piensa que puede quitar la vida cuando quiera a ese ser nuevo que lleva concebido, puede ser que sea por estar mal aconsejada, porque se sienta sola y no vea una salida adecuada, porque sicológicamente no esté bien o por cualquier otra causa, porque me niego a pensar que estando en su sano juicio sea tan mala como para querer asesinar a su propio hijo, porque es lo que es, un asesinato, las cosas por su nombres, sin ambigüedades y en ese punto existe otra persona con la que no se cuenta que es el padre. La madre dice, yo aborto cuando quiera que para eso es mi cuerpo, y el padre que pasa, ¿no opina?, en el embrión o feto o como quieran llamarlo, han intervenido dos personas, y tanto derecho tiene una como otra sobre ese nuevo ser. Sobre esto se habla poco, ¿por qué?, ¿no interesa?, algunos puede que se desentiendan y no quieran saber nada, pero otros muchos estarían dispuestos  a hacerse cargo de la criatura. Y los trastornos sicológicos que arrastran de por vida las madres, ¿se lo explican claramente antes de proceder a la matanza?.  Cuando se critica al aborto solo se hace refiriéndose a la madre y debe hacerse a los dos, madre y padre, una por acción y otro por omisión o encubrimiento y si se legisla a favor o en contra debe abarcar a los dos progenitores.

La mujer que aborta por capricho estando en su sano juicio, no porque medicamente sea aconsejable o sea espontáneo, demuestra una falta de sensibilidad, sentimientos y un egoísmo tan enorme, que denigra, en mi opinión, al género femenino.

La falta de ética y moral que por desgracia invaden estas sociedades globalizadas se han convertido en sociedades deshumanizadas y egoístas, donde la vida importa poco, no hay más que ver lo que ocurre con los emigrantes, pero eso lo trataré en otro artículo.

 

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