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Para los sindicatos la EPA del segundo trimestre no alienta al optimismo

EMPLEO. Por un lado, CSIF Córdoba considera positivo que el número de parados haya descendido en nuestra provincia en el segundo trimestre de este año, tal y como señala hoy la Encuesta de Población Activa (EPA), pero lamenta la pérdida de puestos de trabajo que se produjo en este periodo marcado por la crisis sanitaria de la Covid-19. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia cerró la pasada primavera con un total de 85.400 personas sin empleo, 7.800 menos que en invierno, lo que supone una bajada del 8,4%.

La presidenta de CSIF Córdoba, Dolores Navajas, se muestra especialmente preocupada con el dato de las personas que están trabajando, que sufrió una reducción de más del 5% en este trimestre. “Son 15.200 cordobeses menos, una caída que desde el sindicato achacamos a la vigencia de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que se pusieron en marcha en muchas empresas durante la pandemia”, destaca la dirigente sindical. Esta población se encuentra en una especie de limbo legal debido a que no se consideran desempleados pero tampoco como trabajadores.

La máxima responsable de CSIF Córdoba señala, que, pese a que ha bajado, nuestra tasa de paro, ésta se mantiene en más del 24%, la tercera más alta en España. Además, la ratio de la provincia se encuentra tres puntos por encima de la de Andalucía y es nueve puntos superior a la media del conjunto del país. “En CSIF nos llama especialmente la atención la pérdida de más de 3.300 empleos en el sector industrial durante el segundo trimestre de año en Córdoba. Consideramos que éste es un dato especialmente negativo teniendo en cuenta el bajo nivel de actividad fabril que de por sí tiene ya nuestro territorio y la mayor calidad y estabilidad de los puestos de trabajo que se generan en este ámbito productivo”, subraya Navajas, quien anima a las administraciones a adoptar medidas para detener esta tendencia negativa y prevenir los más que posibles efectos negativos sobre la economía y el empleo que tendrán los brotes de coronavirus que se están produciendo en todo el país.

Según CCOO los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre en Córdoba “son mejor de lo esperado, pero no por ello menos desalentadores”, ha señalado el secretario de Empleo de CCOO de Córdoba, Manuel Merino, quien lamenta que “la bajada del paro en Córdoba se deba no a un aumento del empleo sino a la expulsión de miles de personas trabajadoras de la provincia”.

De hecho, el único sector en el que ha crecido la ocupación en el segundo trimestre del año ha sido la construcción, lo que para Merino “demuestran la debilidad del sistema productivo cordobés por su enorme dependencia del sector servicios –especialmente del turismo- y del todavía insuficiente peso de la industria”.

Por ello, “desde CCOO creemos que es el momento de plantear medidas e inversiones que favorezcan un cambio en el mapa productivo de la provincia, precisamente, para que Córdoba tenga unos cimientos más resistentes que la ayuden a afrontar mejor crisis económicas graves como la que ahora estamos viviendo a causa de la pandemia del COVID-19”, remarcó el responsable sindical.

Una vez más, el sindicato muestra su preocupación por la situación de las mujeres, que tienen una tasa de paro 9,73 puntos superior a la de los hombres -29,76% frente al 20,03%- y que han visto incrementar esta tasa frente a los hombres, que la han disminuido en más de un punto. Igualmente, mientras la tasa de empleo masculina alcanza el 49,88%, la femenina se queda en el 32,12%, es decir, “las mujeres están siendo las primeras expulsadas del mercado laboral y vuelven a ser las más perjudicadas por la crisis, lo que significa que nada ha cambiado y que el empresariado mantiene una mentalidad patriarcal obsoleta y discriminatoria que sigue castigando a la mujer”, criticó Merino.

Según los datos de la EPA, la provincia de Córdoba ha restado 7.900 personas desempleadas en el segundo trimestre del año, con lo que son 85.400 las personas en paro, lo que significa que la tasa de paro alcanza el 24,29%, que ya no es la más alta de país (nos superan Granada y Jaén). “Que no tengamos la tasa de paro más alta del país y que haya bajado el paro no significa que estemos haciendo las cosas bien. Es verdad que las medidas pactadas con el Gobierno, especialmente los ERTE, y los planes de choque a nivel provincial y local –Juntos por Córdoba y el plan de choque del Ayuntamiento de Córdoba- están frenando la pérdida de empleo pero también lo es que hemos perdido empleo en todos los sectores menos en la construcción”, advirtió Manuel Merino. 

Por ello, CCOO vuelve a reclamar un plan de choque coordinado entre todas las administraciones, que cuente con el empresariado y con los agentes sociales, que ponga el acento en un cambio de modelo productivo que tenga recorrido a medio y largo plazo, no solo a corto, porque “de nada sirve solventar el problema hoy si no ponemos las bases para resistir mejor futuras crisis, que sin  duda se van a producir”, remarcó el responsable sindical quien parafraseando a la secretaria General de CCOO de Córdoba, Marina Borrego, insistió en que “queremos planes concretos, con medidas concretas cuyos resultados se puedan medir y que se puedan modificar en función de los resultados, queremos compromiso, queremos inversiones reales, queremos ver a nuestros partidos políticos y a nuestros gobernantes comprometidos con la ciudadanía cordobesa que está soportando una situación terrible”.

Para UGT, durante el segundo trimestre del año se destruyeron casi 200.000 puestos de trabajo en Andalucía (198.100) y la tasa de paro se incrementó hasta el 21,32%. Los parados en Andalucía se redujeron en 48.200 personas. Baja el paro (-5,76%) pero sube la tasa de desempleo (21,32%), que pasa ahora a ser la tercera más altas de España. La particularidad de la situación que vivimos hace que no podamos valorar positivamente este descenso del paro ya que va acompañado de un retroceso de la población activa y del número de ocupados.

Tanto es así que, a lo largo del último año y por primera vez tras muchos trimestres de creación de empleo, se han destruido puestos de trabajo (-7,23%), lo que se traduce en un retroceso de más del 7.25% con respecto a la tasa obtenida el trimestre pasado (0,03%). El primer semestre del año, marcado por la pandemia y por el Estado de Alarma, se ha saldado con la destrucción de 227.000 puestos de trabajo en Andalucía.

A pesar de las necesidades actuales, el empleo público ha vuelto a decrecer durante el segundo trimestre del año, un 2,02%, lo que se traduce en 10.900 empleados públicos menos en Andalucía. En lo que llevamos de año, las cifras son aún más negativas: el empleo público descendió en un 6,23%, es decir, 35.200 trabajadores menos de los que terminaron 2019.

La juventud andaluza vuelve a sufrir un duro revés como consecuencia de la crisis sanitaria. La tasa de paro juvenil es ya del 49,94% por lo que, se incrementa en más de 5 puntos con respecto a la registrada el pasado trimestre (44,67%). La tasa de desempleo juvenil andaluza supera en casi 10,3 puntos la obtenida para el conjunto del Estado (39,61%) que también se ha visto incrementada, de manera alarmante, con respecto a la del primer trimestre del año (32,90%).

Por su parte, la tasa de paro femenino (25,01%) se ha visto reducida en prácticamente dos décimas por lo que, a diferencia de lo ocurrido en el primer trimestre del año, achica la brecha con respecto a la obtenida en el caso de los trabajadores andaluces hombres (18,40%), que sube medio punto.

La cifra de parados de larga o muy larga duración, se reduce hasta situarse en  los 279.400, pasando a representar el 35,43% del conjunto de parados, menos que en el trimestre pasado (43,73%). Esta reducción en este colectivo es debida, en gran medida, a una salida del mercado laboral (reducción de la población activa) y no al hecho, que sería deseable, de haber encontrado un trabajo.

En definitiva, UGT-A, a pesar de la reducción del paro, continúa valora negativamente, los datos conocidos hoy. La dramática situación por la que atraviesa nuestro mercado laboral no puede permitirse en lujo de ver reducida su población activa, de destruir empleo a pesar de la prolongación de los ERTEs y de ver como vuelve a incrementarse la tasa de paro.

La pasada semana conocimos el importante Acuerdo alcanzado en Bruselas y que se traducirá en un importante montante de fondos públicos que llegarán a España. La dotación que finalmente llegue a Andalucía tiene que servir para, de forma ágil, instaurar medidas económicas, sociales y laborales con un fin transversal: generar empleo de calidad.

El coronavirus ha provocado un desplome económico sin precedentes en la historia económica reciente y solo similar al ocasionado en periodos bélicos. Se han implantado toda una serie de medidas dirigidas a intentar salvaguardar el tejido empresarial, mantener los puestos de trabajo y asegurar las rentas de, sobre todo, los más desprotegidos a fin de paliar el impacto social de la crisis. Lo efectivo de todas estas medidas suponen una pista irrefutable de cuál debe ser el camino a seguir. Tan importante como reactivar la economía es recuperar el proyecto de Estado del Bienestar porque, cuando toda esta crisis pase, solo un modelo de desarrollo que mejore la calidad de vida del conjunto de la ciudadanía generará un ciclo de crecimiento económico sostenible en el tiempo.

Desde UGT Andalucía abogamos por un proceso de Reconstrucción Sociolaboral de Andalucía que pase por el desarrollo de un nuevo modelo productivo, laboral y social que conjugue dos cuestiones para nada antagónicas sino del todo complementarias, como son la dinamización económica por la vía de la productividad, la competitividad, la investigación y la innovación y, por otro lado, la generación de empleos de calidad, con retribuciones salariales suficientes y unas condiciones de trabajo dignas.

Necesitamos construir un marco de relaciones laborales que ofrezca estabilidad para, de manera estratégica, ser capaz de profundizar en la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores andaluces al tiempo que sirva para encauzar, de manera sostenible y perdurable en el tiempo, el proceso de recuperación económica y de adaptación a la nueva normalidad. Constituir este marco de relaciones laborales pasa, ineludiblemente, por:

Derogar las dos últimas reformas laborales.
Acabar con el abuso en la contratación temporal.
Erradicar el modelo actual de subcontratación.
Racionalizar los horarios de trabajo haciendo posible una conciliación real.
Luchar contra todo tipo de discriminación en el ámbito laboral.
Perseguir y sancionar adecuadamente todas las modalidades de fraude laboral.