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El Hospital Reina Sofía mejora la atención de pacientes con síndrome coronario agudo

SALUD. El Hospital Universitario Reina Sofía mejora la atención de pacientes con síndrome coronario agudo gracias al incremento de activaciones del Código Infarto. Este modelo de atención permite ofrecer una mejora en la calidad de la atención de personas con infarto agudo de miocardio. Concretamente, en los últimos seis meses, el Hospital Reina Sofía ha atendido a 157 pacientes en esta situación, lo que supone un incremento de mas del 100% frente a los que fueron asistidos durante el mismo periodo del año anterior. Es de destacar que un tercio de estos pacientes fueron atendidos durante periodos vacacionales lo que supone un mayor esfuerzo por parte de estos profesionales que están alerta las 24horas del día, los 365 días del año.

Esta mejora sustancial radica en la mayor disponibilidad y coordinación de los servicios implicados en la atención a pacientes que sufren un infarto agudo de miocardio. El Código Infarto se pone en marcha cuando un médico detecta que se está produciendo un infarto de corazón, alertando al Centro de Coordinación del 061 para que active dicho Código en el hospital de referencia, en este caso, el Hospital Reina Sofía. El tratamiento ideal es la angioplastia primaria, que se realiza en las unidades de Hemodinámica dependientes del servicio de Cardiología.

Gracias a la mejora en la atención, en el Hospital Reina Sofía se han aumentado en mas de un 100% el numero de las angioplastias primarias (cateterismo cardiaco de urgencia) mejorando la supervivencia tras un infarto agudo de miocardio en la provincia. Según la evidencia clínica, la angioplastia primaria o cateterismo coronario es considerada como la mejor terapia para reducir el daño que un infarto puede provocar en el corazón.

Según ha explicado el responsable de esta unidad, Manuel Pan, “el procedimiento consiste en introducir un catéter en la arteria coronaria para abrirla. Cuando esta técnica no puede realizarse en un periodo de tiempo concreto, se realiza la fibrinolisis, que consiste en administrar un fármaco intravenoso para disolver el coágulo. Ambos tratamientos nos permiten ofrecer al paciente más opciones y mayor calidad de vida, ya que actuamos rápidamente, reduciendo la mortalidad y las secuelas”.

La efectividad de este tratamiento depende del tiempo transcurrido desde que el enfermo sufre los síntomas, de modo que se estima que los mejores beneficios se logran en las primeras tres horas tras un infarto. No obstante, en las 12 horas siguientes tras este evento los especialistas consideran aconsejable la angioplastia primaria. Posteriormente a la intervención el paciente pasa a la unidad de cuidados intensivos para vigilancia de constantes y posible tratamiento de arritmias.