Decía Napoleón Bonaparte que “nada puede ir bien en un sistema político en el que las palabras contradicen los hechos”.

No ha transcurrido ni un solo mes desde la aprobación de los presupuestos y ya tenemos un claro ejemplo de ello, con la agravante de que en esta ocasión los afectados no sólo serán trabajadores, sino también los cientos de familias que víctimas de la crisis no tienen otra alternativa que acudir a los Servicios Sociales municipales, no para pedir caridad, sino para exigir su derecho como ciudadano a tener cubiertas sus necesidades básicas.

Decía nuestro Alcalde que estos presupuestos tienen “una clara vocación por las políticas sociales y el apoyo a quienes más están sufriendo la crisis económica”, apostillando su concejal delegado de Hacienda en el transcurso del debate de la sesión plenaria celebrada el pasado 18 de diciembre que “los presupuestos para el ejercicio 2013 contemplan una apuesta decidida a favor de políticas sociales, progresistas y de igualdad”.

A pesar de ello a seis trabajadores que atienden directamente a estos usuarios se les ha comunicado por parte del cogobierno municipal la pretensión de modificarles las condiciones de trabajo, reduciéndoles la jornada laboral y salario entre un 20 y un 55%.

Desde la U.S.O, ni entendemos ni compartimos estas medidas, principalmente en estos momentos de crisis en los que se encuentra inmersa nuestra ciudad, con unos servicios sociales totalmente colapsados y cuya aplicación conllevaría graves consecuencias para los usuarios, con un incremento en el tiempo de espera para ser atendidos, que ya en las actuales circunstancias es de unos 20 días. Viéndose resentida por tanto la calidad del servicio  y mermada la capacidad de respuesta planteada a los usuarios.

En un Ayuntamiento de marcado signo “progresista”  y del que se presume la existencia de un importante superávit en el cierre del pasado ejercicio económico hay líneas que no se deben sobrepasar, y la de los Servicios Sociales sin lugar a dudas es una de ellas. Confiemos que al final impere el sentido común y no se lleven a cabo estas medidas tan injustas e innecesarias que pondrían en grave riesgo la cohesión social.

USO LUCENA