La Lupa

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Entrevista a Yolanda Navas

La escritora Yolanda Navas Corredera (Córdoba, 1977) publica la novela Rassen, aclamada por el público online, a través de la plataforma editorial de micromecenazgo Pentian.
 
Manuel Guerrero: Rassen ha logrado un gran éxito en la aplicación digital Wattpad. ¿Cómo ha sido posible el paso de lo digital al papel?
Yolanda Navas: Después de estudiar las diferentes propuestas que fueron llegando, elegí el micromecenazgo porque me daba mayor control sobre mi trabajo.
Lo cierto es que ya recibí una oferta de una editorial tradicional hace dos años,  cuando publicaba en otras webs bajo seudónimos, pero por problemas personales no pude concluir la novela en el plazo requerido y el asunto no cuajó. Era una espinita que tenía clavada, pensé que ya no volvería a tener la oportunidad de publicar, por eso  recibí con entusiasmo la buena acogida en Wattpad. Fueron muchas las lecturas y las críticas positivas que acumulé en muy poco tiempo, sin ellas nunca me hubiera atrevido a probar suerte de nuevo. 
 
M.G.:¿Hay mucha diferencia entre el mundo literario digital y el papel?
Y.N.:Personalmente creo que sí. Lo digital es mucho más accesible para todos y  menos rígido. En la red el escritor se siente más libre, no está sujeto a que una corporación le marque pautas sobre su trabajo (pautas determinadas por estudios de mercado), tampoco tiene que pasar por el fino tamiz, a veces demasiado elitista y prejuicioso, de determinados expertos. En la mayoría de los casos no importa quién eres, ni a quien conoces. Solo importa la opinión del lector, que, guste o no, es la más importante de todas. Aunque lo mejor, desde mi punto de vista, es la posibilidad que ofrece internet de poder tener una relación directa lector-escritor. Es algo mágico, que a mí me ha aportado infinidad de buenos momentos y la posibilidad de conocer a personas maravillosas que, de otro modo, nunca hubieran formado parte de mi vida.
Al margen de estas recompensas directas al trabajo realizado, el poder añadir material de audio o imágenes a los textos, también es algo muy a tener en cuenta a la hora de elegir este formato. Ayuda mucho a ponerse en situación y a transmitir emociones. Como anécdota te diré que en muchas ocasiones me han pedido que convierta la novela en un guión cinematográfico, la sugerencia parte de lectores que han podido “visualizar” las escenas.
Por otro lado, me declaro una enamorada del libro en papel. No importa lo que pase, mientras existan los libros tradicionales yo los seguiré comprando. Hay algo que lo digital jamás podrá igualar y es el hecho de que los libros tengan su propia historia, una diferente a la que nos cuentan sus letras. Adoro poder ojear las páginas amarillentas de los libros viejos, con sus heridas, dedicatorias y anotaciones. Disfruto divagando sobre quién las realizó… 
 
M.G.:¿Cómo nace Rassen? ¿Nos habla brevemente del argumento de la novela?
Y.N.:La idea se forjó en un momento de mi vida en el que sucedían demasiadas cosas a mí alrededor, supongo que por eso tiene un poco de todo. Quería que pareciese lo más real posible en cuanto al comportamiento humano se refiere, por eso Rassen no es un cuento de hadas. En esta historia nada es lineal, y no todo el mundo hace siempre lo correcto. Mis personajes no son perfectos, ni física ni psicológicamente, por eso resulta tan fácil identificarse con ellos, como difícil prever sus acciones; apasionados, fríos, cobardes y violentos, según el momento, no puede haber nada más natural que eso. 
Si hay algo que detesto de nuestra sociedad es que nos vende una idea de felicidad meticulosamente preconcebida, como si fuera posible una felicidad estándar o “talla única” para contentarnos a todos. Con la belleza, el sexo, y la forma en que interactuamos unos con otros, sucede igual, es como si ya todo estuviera inventado. Todo lo establecido, en pro del consumismo, de la competitividad, del individualismo y de la sumisión, nos invita a perder nuestra propia identidad, a formar parte de un rebaño grotesco y nos empuja a la depresión e incluso al aislamiento.
A nivel personal, crecí sintiendo que se me había pasado la parada del autobús y sintiéndome culpable por pensar diferente. A fuerza de salir de mi entorno y de conocer gente, descubrí con tristeza que mi mal era algo generalizado (y silenciado). Me sentí estafada, pues la hipocresía y el miedo me habían hecho perder el tiempo. La novela está llena de ejemplos que se basan en eso; en la rabia y en la sensación de impotencia cuando sientes que caminas contra el viento. Muchos no estarán dispuestos a pasar por lo mismo después de leerla, ese es uno de mis objetivos más importantes.
Respecto al argumento, la historia se centra básicamente en dos personajes principales: Luna y Alexander. Ambos jóvenes han tenido una infancia difícil, rodeada de misterio, y ambos parten desde abajo, desde la desolación y la desesperanza. La trilogía narra su ascenso, el modo en que superan los obstáculos y  el proceso de enamoramiento desde cero. Evidentemente, para que las cosas cambien, deben ocurrir sucesos que desencadenen esos cambios y he intentado que estos no sean previsibles, y que estén llenos de acción. Para ello he enlazado viejas leyendas hindúes con sucesos reales de la Segunda Guerra Mundial, el guiño a la red (que tantas alegrías me ha dado), viene de la mano de las teorías conspiratorias que circulan en ella desde hace años, y solo para mi satisfacción personal: romance “Austiniano”, humor irónico, ingeniería genética e investigación policial. Podría parecer un batiburrillo de temas dispares, pero no lo es, es algo consistente, en el que todo tiene sentido y un nexo. Creo que por eso no aburre, porque juego con muchos elementos que me ayudan a sacarme un as de la manga cuando lo necesito. 
 
 
M.G.:Parece ser que está trabajando en una precuela, ¿cómo han recibido sus seguidores la noticia de ello?
Y.N.:Lo cierto es que la precuela no era algo que tuviera en mente. Ha sido una propuesta suya, así que su reacción ha sido muy positiva.
 
M.G.:¿Hay en su novela influjos de otras obras?
Y.N.:Supongo que sí, porque he leído mucho, y dicen que eso es algo inevitable. Pero no podría concretar porque mi biblioteca es muy variada en géneros y  en autores.
 
M.G.:Si Rassen fuera una canción, una obra de arte y un lugar, ¿con cuáles los identificaría?
Y.N.:Rassen está plagada de emociones muy distintas, así que podría enumerar muchas canciones, pero sin duda, la letra de “Hater”, de la banda Korn, resumiría a la perfección el mensaje que deseo transmitir con ella. 
En temas de arte elegiría algo de Oleg Dou. Dou es un fotógrafo, especialista en retoque, que tiene algunas obras en la línea de Rassen: sus protagonistas son criaturas hermosas, según los ojos de quien las mira, también inquietantes y en esencia frágiles. En general parecen desprovistas de alma, como si alguien se la hubiera arrebatado. Forzadas y artificiales, como si intentaran encajar en un entorno hostil, pero, al tiempo, en sus ojos se adivina fortaleza y rebeldía.
El lugar, sin duda, sería un páramo que finalizara en un acantilado vertiginoso. Un paraje lejos de cualquier edificación o elemento artificial, desde  donde pudiera verse el mar. Creo que es una imagen que lo reúne todo: la calma y lo confortable, lo peligroso y lo salvaje, también la sensación de misterio y de libertad de Rassen.
 
M.G.:¿Algo más que quiera añadir?
Y.N.:Pues, aparte de darte las gracias por hacerme esta estupenda entrevista, y de decirte que es un placer haber hablado contigo, solo me queda agradecerle su fidelidad y cariño a mis lectores. Me siento en deuda con ellos, especialmente con los que, tras leer mis textos de forma libre, han adquirido un ejemplar para demostrarme su apoyo.
También, si me lo permites, quiero animar a todo aquel que tenga proyectos, sean cuales sean, a que no se resigne a dejarlos guardados en un cajón, por muchas negativas que reciba. Hay capacidades innatas, que no pueden aprenderse, como la de imaginar historias. Pueden instruirnos para que podamos expresarnos mejor y para no tener fallos ortográficos, pero transmitir emociones reales desde mundos fantásticos es un arte. Creo que nadie está cualificado para decidir qué interesa y qué no, qué es hermoso y qué no. Se cuentan por miles de millones los habitantes de nuestro planeta y muchos estamos aburridos de que siempre se nos ofrezca lo mismo. Nadie está de más, todos podemos aportar algo, no importa quién seas o de dónde vengas, seguro que hay alguien en alguna parte que se sentirá identificado con tu trabajo.

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