Cabra

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Miles de personas despiden a la Patrona

CABRA. Acompañada de miles de personas María Santísima de la Sierra retornaba a su santuario en un día marcado, como en estas últimas semanas, por el amor y devoción de todo un pueblo hacía Ella, la patrona de Cabra.

Eran las seis de la mañana cuando se iniciaba la misa de despedida  concelebrada, presidida por el arcipreste, párroco y consiliario de la Archicofradía, D. Zacarías Romero y D. Rafael Castro, párroco de los Remedios y como un egabrense más lo hemos visto en todo momento al lado de la Virgen de la Sierra, en traslados, eucaristías y subiendo y bajando la calle mayor como cualquier devoto.

Tras la misa, sus costaleros colocaban sobre sus hombros las andas de camino, y la Celestial Viajera, bellamente exornada por su vestidor José Luis Osuna, salía de la parroquia de la Asunción momentos antes de las siete de la mañana. Con un lento caminar por las calles del centro por la multitud de devotos y egabrenses que la acompañaban, era despedida por la banda de música en la Plaza de la Diputación vuelta hacia su pueblo. Con parada en el asilo de ancianos llegaba a la escalinata de la parroquia de San Rodrigo minutos antes de las nueve donde, una vez más, el Alcalde D. Fernando Priego le retiraba la vara de alcaldesa y le ofrecía un ramo de flores  tras el rezo de la salve.

A partir de este punto el caminar de la Virgen se hace mucho más ligero y a las nueve y veinte minutos era girada hacia el hospital Infanta Margarita para recibir las peticiones, agradecimientos y oraciones de enfermos y familiares. En este momento, fieles a la tradición de tantísimos años, se colocaban los cordeles y la Virgen se perdía entre olivos por el camino que la llevaría hasta su casa, allí en el picacho que tantos años le dio cobijo.

Con las paradas de rigor y entre con gran cantidad de personas, muchas más que en los últimos años, la Virgen llegaba a los alrededores del santuario cerca de las once y media de la mañana, con algún retraso también debido a esa gran cantidad de devotos que la acompañaron desde su salida en la madrugada desde la parroquia. Eran las once y treinta y cinco minutos cuando la Divina Serrana entraba por el dintel de la puerta entre los vítores y aplausos de los que la han acompañados y de los cientos que ya la esperaban en el santuario. Vivas y aplausos que se multiplicaron cuando era depositada en el altar, y las lagrimas asomaban en muchos ojos de los costaleros, esos costaleros que han cumplido un año más con el rito de bajar y subir con Ella.

Con la eucaristía en acción de gracias y el posterior arroz que la Hermandad de San Rodrigo reparte en su tradicional romería del costalero, los romeros han ido despidiendo a la Santísima Virgen que ya se encuentra de nuevo en su camarín, donde en este Año Jubilar tan especial seguirá recibiendo las visitas de tantos y tantos devotos que pasarán por sus plantas en petición de gracias y amparo para todos los que la tenemos como Madre Nuestra.

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