Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Un naufragio de diez años en anécdotas (3)

Es el momento de pasar a las circunstancias en que nos metimos o nos metieron en un aprieto, a los momentos de mayor apuro; pues, si bien es cierto que a estas alturas de 2016 casi todo sale rodado y casi no se nos escapa ningún detalle, no siempre ha sido así, ya que tuvimos muchas meteduras de pata en los inicios. Por ejemplo, ¿cómo olvidar el cartel del II recital de poesía religiosa en el que no pusimos el lugar de celebración?

Dos de los momentos más inquietos tuvieron lugar en las presentaciones de la revista Saigón. En la del número 8, Luis Alberto de Cuenca se percató de la desatinada organización directiva de los antiguos estatutos y con ironía hacía ver que la asociación necesitaba una renovación, que poco después puse en marcha. Y en la presentación del número 9, en la que Julián Valle se extendió en su intervención sin querer, lo que empezó a intranquilizar a los concejales sentados en la mesa, porque no llegaban a tiempo a un compromiso o acto posterior… Pero para momento de absoluta tensión, el vivido en el I rap poético, cuando la madre de uno de los raperos se enfadó con el jurado por no reconocer como ganador a su hijo…

En más de una ocasión me he encontrado a gente que afirmaba ser de Naufragio sin pertenecer a la asociación… No sé el interés que perseguían, pero imaginen mi cara de estupefacción cuando alguien a quien no conocía (ni la otra persona a mí) me afirmaba que llevaba tiempo en Naufragio…

–¿Sabes que yo soy el presidente? –comenté en una ocasión a uno de estos suplantadores.

–¡Ah, sí! –miró hacia los lados, antes de intentar arreglarlo– Pues, entonces, nadie mejor que tú para informarme de cómo se paga la cuota…

Por supuesto, nunca la pagó ni se interesó más por lo que hacíamos.

Imaginen, también, mi cara de sorpresa, cuando Naufragio es llamada a colaborar con unas lecturas en la presentación de un poemario y el organizador, que no pertenece a nuestra asociación, se empecina en presentar a todo el mundo como miembros de Naufragio, lo fueran o no. ¡Qué paciencia tuve!

No quiero terminar sin incluir aquí las erratas de nuestra revista, que son un apuro permanente (scripta manet) para los que la revisamos; en definitiva, una publicación sin erratas es casi un milagro. Las más sorprendentes han sido la portada del número 7 que aparecía como 6' y el número 11 que se llamó especial de poesía «er'tica» (debía aparecer la palabra erótica). Por supuesto, estos dos ejemplos son muy llamativos, pero nada como aquella vez que apareció publicado un poema de Javier Lostalé que  procedía del libro «No lo entiendo», por un error en la corrección de las pruebas… En efecto, este título no figura entre los libros escritor por este poeta.