Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Personas desconocidas - John Katzenbach

La suerte a veces llama a la puerta y conviene no olvidarlo jamás. La memoria también necesita alimentarse de algunos placeres. Esto me ocurrió en la posguerra y dictadura franquista con la buena novela negra, joya de la literatura como bien la defendía Borges. Género que siempre logró mantenerse pese a la catarata de publicaciones mediocres, malas copias de los maestros.

Fue un derrotado republicano desterrado a mi pueblo, a quien también la suerte lo libró del “paseo” ante las paredes traseras de un cementerio, quien al ser vecino de casa, le fue dejando a mi padre obras del género policiaco de los mejores autores de ese mundo literario. Con los años, siendo muchacho, la imagen de mi padre apartado en su mundo de lectura, dio frutos hasta convertirme en aplicado y exigente lector de novela de misterio e intriga.  Razón para que cuando llegó a toque de corneta de las editoriales: “Todos a escribir novela negra”, me faltó tiempo para advertir: ”cuidado, no consulten precios, consulten calidad. Nos puede suceder como con la novela histórica, esa es otra. Ha pasado la bulla y, el que vale, vale y el que no, que se afilie a un partido político en plan “si Guana. aquí mi trasero y mi mano limosnera”.

Personas desconocidas de John Katzenbach es una brillante narración con sentidos destellos de humanismo y belleza, en la que la ficción y la realidad de nuestra actual sociedad están representadas con veracidad y sin demagogia. Porque también entre el estiércol de nuestra sociedad sin fronteras, siempre surgen seres humanos capaces de rebelarse contra los intereses creados de grupos de clases y mafias.

 Dura y compleja, la narración se inicia con una historia lamentablemente cotidiana: la desaparición de una encantadora niña de trece años de edad, que no regresa una noche a casa tras estar en la de su amiga. Tristeza y desgracia cotidiana en las páginas de sucesos y el dolor de las familias, el golpe seco, trastornador que se apodera de ellas para siempre.

Sumemos a tan asiduo suceso, los asesinatos de cuatro jóvenes, unos narcotraficantes de drogas que poseen informes que pueden comprometer, dos policías que se niegan a conocer la verdad y otros que la desean. La historia ofrece un interés declarado. Cuando nuestro protagonista Gabriel Dickeson y Marta Rodriguez-Johnson ha sido rebajado a simples inspectores, tras muchos sinsabores y tormentos por lo vivido y padecido, se encuentra ante la posibilidad de someterse a un periodo de regeneración para no ser expulsados de la policía. Y aceptan un trabajo de investigación de casos en espera, convirtiéndose en una pareja involuntaria unida por dicha serie de circunstancias.

Han prestado a la policía de manera impecable su profesionalidad no carente de riesgo al jugarse la vida en su cometido. Pero sus vidas profesionales tropiezan, viéndose condenados desde arriba a trabajar juntos en esos casos olvidados y nunca aclarados que nadie quiere en realidad. Una manera de matar el tiempo mientras esperan a que sus jefes decidan qué hacer con ellos.

Sin embargo, entre ese montón de archivos polvorientos, Marta y Gabe están a punto de encontrar la clave para resolver no solo cuatro extraños asesinatos cometidos dos décadas atrás, sino también la impactante desaparición de aquella niña que marcó un antes y un después en toda una comunidad. La pregunta que queda en el aire de esta intrigante narración es si un policía alcohólico y una especialista en narcóticos poco apta en el manejo de las pistolas podrán hacer frente a un oscuro poder que con insistencias y amenazas pone trabas y trampas a sus vidas.

Katzenbach es un maestro del género, minucioso y crítico con el sistema, consciente de que por donde pisa el ser humano se encuentra la honestidad, la avaricia y la corrupción, formando parte del diario existir en una sociedad que ofrece en bandeja dónde escoger para que piquen las mentes desviadas. Y este maestro del relato policial conoce las cavernas del crimen como la palma de su mano.