Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

"El corazón es un cazador solitario", envolvente historia llena de belleza y pasiones

La América profunda del Sur, compuesta por sus peculiares características sociales, refleja un logro literario de envolvente sencillez donde la palabra desliza con dolor el amor y el odio.

Es posible que un respetable número de  lectores recuerden a  la escritora norteamericana Carson Cullers nacida en Columbus, Georgia, en 1917, fallecida en Nueva York, en 1967, de un ataque al corazón, a la temprana edad de cincuenta años. Fue y es autora de hermosísimas novelas. Y para gozo de su buena literatura ligera de equipaje nos ofrece El corazón es un cazador solitario su obra maestra. Desafío en estos soporíferos tiempos que corren, para protagonizar el clamor semejante de una embriagadora autora de emocional  actualidad literaria.

El corazón en un cazador solitario está considerada como su mejor obra y una de las grandes novelas de la literatura norteamericana que describe el emblemático Sur de la América profunda. Fue su primera obra escrita por  la autora contando solo 23 años de edad. Cuando su conmovedora  grandeza alcanza el tesoro de la permanencia narrativa de un tiempo vivido. Y por qué no señalar el presagio de la propia escritora como testigo fiel, existencial. De la historia realista de una seductora ristra de personajes.

El corazón es un cazador solitario destaca entre los numerosos retratos de la América profunda por reflejar el logro literario expresivo con una sencillez y dominio de la palabra escrita que se desliza  con dolor y ternura, realismo y humanidad, por una larga hilera de personajes que con toda desnudez van mostrando en el transcurso de la tensa narración las miserias de una sociedad compartida con negros y blancos, en la que la manchada blancura de quienes se consideran puros y de raza superior con todos los atropellos y crímenes que ellos consideren necesarios, humilla y explota la negrura de cuerpo y estrato social que apenas si merece la pena mirarlo de frente a no ser para ofenderlos y humillarlos. La historia se desarrolla en una pequeña ciudad del Sur que ni muestra su nombre, pero si la variedad de las existencias que en ella discurren, abarcando toda la ternura y la miseria mezclada con la belleza y la sordidez de la maldad. Preciso y justo análisis de la sociedad que muestra los propios personajes, que irán apresando a los lectores cada criatura que la pluma de Mc Cullers va tallando con precisión y sufrimiento sin caer en lo panfletario en las sucesivas secuencias en las que el espejo de la miseria y la explotación del blanco sobre el negro escenifican con hechos reales esa américa sumergida en el Sur.

La historia desde la pirámide que resulta ser la  habitación donde se hospeda John Singer sordomudo y sensible `personaje, que ante todo admite crear el estado emocional que se va extendiendo sobre todos los demás protagonistas que al sentirse atrapados, esclavos si son negros, de sus propias  circunstancia, se sienten impulsados a subir la escalera que los lleva a la habitación del solitario sordomudo, intérprete poseedor de una interpretación misteriosa en lo íntimo llena de matices que, en absoluto hacen sombra a otras figuras de la trama   del hospitalario y consejero sin pedir nada a cambio, a no ser la muestra de comunicación que todos necesitan, Máxime  aquellos cuyas limitaciones sociales les impide poder lograr unas mininas pasiones a las que todas las personas deben tener aspiraciones  por conseguirlas. Carson Mccullers lleva al lector por una geografía que resulta ser  donde ella nació, pequeña población del humilde Sur, descrito con rasgos gruesos pero certeros, poblada por gente humilde pero no carentes de dignidad que se adaptan a sus circunstancias, aunque solo sea por no haber conocido otras, les está vedado –al menos, a la mayoría– concebir otras esperanzas

 La lectura de la novela cautiva dada la serie de consideraciones que presenta y analiza la propia autora, desde lo social a lo político. Mas cuidado, que no se trata de una novela social al uso, un  producto trillado, pues la grandiosidad de la historia se desliza dentro de una sencillez cotidiana situando al lector a un estado inquietante narrado con una fluidez exquisita y suave, es la harmonía narrativa tanto para el dolor como la dulzura, el amor o el odio. Un decorado puro y real, sin subterfugios, con los que se expone un ajustado engranaje por el que se mueven  los personajes solitarios de la historia. El reparto que se nos ofrece es sólido en su funcionalidad. Pertenecientes todos ellos a la estirpe de los solitarios que muestran solo lo indispensable para que discurran las historias. Sencillez sin añadidos y complejas disquisiciones que puedan alterar el discurrir de los sentimientos.