Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Semana de pasión y elecciones

No se debe votar a la ligera sin conocer los efectos perversos que pudiera traer dicha acción.

Ya estamos otra vez en periodo electoral, en esta ocasión en plena Semana Santa, periodo de reflexión. Tiempo para la introspección general, para sacar conclusiones, remediar errores, solucionar problemas o al menos intentarlo, en resumen, hacer examen de conciencia y pensar no solo en uno, sino también, en todos los demás.

Dicho esto, entremos en materia pues si hemos hecho los deberes durante esta semana, debemos tener las ideas más claras y salir con fuerza renovada para analizar y contribuir con un voto ponderado a la gobernabilidad futura de nuestro país.

Deberíamos pensar y en cierto modo exigir que para tener acceso al voto, al igual que se hace para sacar el carnet de conducir, algo puramente mecánico pero que va acompañado de unas normas reglamentarias y básicas de tráfico para un buen funcionamiento en la conducción, se realiza un examen para determinar si está o no preparado para el manejo de vehículos sin hacer peligrar la vida ciudadana. También para adquirir la nacionalidad hace falta una serie de certificados, requisitos, solicitudes etc., que caducan unos antes de tener otros y el tiempo enreda las cosas, que lo hace a veces bastante complicado. Para ocupar un puesto de barrendero municipal debes pasar un examen de cultura general más o menos básico, al igual que para desempeñar cualquier trabajo que por humilde que sea, no menos digno,  ni denigrante, ni humillante. Pues lo mismo que se exige un mínimo de conocimientos para desempeñar dichos trabajos, se debería exigir y superar para poder votar, dando una tarjeta de evaluación positiva que se debería presentar en los colegios electorales junto con el carnet de identidad. En caso de no haber superado la prueba, se podrían preparar para las siguientes elecciones.

Pensar esto es una utopía, pues viendo como está el sistema educativo en España, ¡catastrófico!, que ningún partido político hace nada por remediarlo hasta el momento, que debería estar unificado a nivel nacional, que nunca se debería haber traspasado a las autonomías y de esa manera se hubiese evitado la manipulación de la historia, geografía, literatura etc., que desgraciadamente están sufriendo varias generaciones y que si no se remedia, serán muchas más, pues lo dicho, una quimera. 

Si en una democracia el pueblo tiene derecho a elegir y controlar a sus gobernantes, si ese derecho se refrenda en las urnas a través de los votos de todas las personas que van a ser gobernadas por los electos ¿No sería más razonable que los votos fuesen emitidos por ciudadanos preparados para tal efecto? No se debe votar a la ligera sin conocer los efectos perversos que pudiera traer dicha acción. Se deben leer los programas de los distintos partidos políticos, comparar y sopesar sus contenidos, pensar cual es el que se asemeja más al criterio de cada cual y votar en consecuencia.  

Como soy creyente, pediré a Dios que ilumine a cada uno a la hora de depositar su papeleta en la urna  y que podamos disfrutar cuatro años de prosperidad y tranquilidad, lejos de rivalidades, extrusiones, revanchismos y reyertas callejeras.

¡Ay Dios, obra un milagro!