RELIGIÓN. En los últimos días el Papa Francisco ha tenido que salir al paso de hechos lamentables que se producen en el seno de la Iglesia católica española.

Primero fue el tema de la pedofilia que un joven le denunció en una carta y que se producía en Granada por curas de las diócesis. El Papa lo llamó personalmente y después dio la orden para se comunicara literalmente su denuncia a la justicia española y a la policía. Se pidió una vasta información sobre el caso al obispado de Granada.

El caso ha dado mucho que hablar en todos los medios de comunicación y el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada trabaja este fin de semana, a puerta cerrada, para poder incoar acciones contra los miembros del "clan de los Romanones" implicados en la investigación por una trama de abusos sexuales a menores en Granada -se prevén detenciones a lo largo de hoy o mañana, aunque el sigilo es absoluto-, la Santa Sede continúa con su propia investigación en la que se han obtenido declaraciones de al menos otras cuatro víctimas.

Unas víctimas que, aunque han declarado también ante la investigación civil, aún temen que se haga público su testimonio. Policía y Fiscalía tratan de poder asegurar la privacidad de estos testigos, para que pasen a ser denunciantes, con todas las garantías procesales, así como las de los futuros imputados.

Y hoy ha salido el Papa Francisco con otras declaraciones que dan otro aldabonazo; considera “escandaloso” que haya lista de precios en las Iglesias para recibir los sacramentos. Y ha añadido que las iglesias no deben ser “lugares de negocio” porque la redención de Cristo es gratuita. En la homilía del sábado dijo también, “yo pienso en el escándalo que podemos dar a la gente con nuestra actitud, con nuestras costumbres no sacerdotales en el Templo: el escándalo del comercio, de la mundanidad".

El Papa manifestó que hay dos pecados graves que la gente no perdona a un sacerdote: que maltrate a la gente y la avaricia económica... No puede perdonarlo.

Fuente: Religión digital