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El descenso en mayo del paro en Andalucía analizado por los tres sindicatos mayoritarios

PARO. Los 3 sindicatos mayoritarios valoran los datos de afiliación a la Seguridad Social y la cifra de parados, pero CCOO y UGT son más optimistas por las medidas anticrisis mientras que CSIF es más cauteloso en la bajada del paro en mayo.

Los datos del paro de mayo, que registran una bajada del desempleo en la provincia de Córdoba de 2.139 personas, “demuestran que ampliar la aplicación de los ERTE ha sido positivo para el mantenimiento del empleo”, ha señalado el secretario de Empleo de CCOO de Córdoba, Manuel Merino, para quien es “una señal positiva” que “las primeras fases de desescalada hayan tenido una buena respuesta en cuanto al paro se refiere”.

De hecho, Merino espera que en los próximos meses, la culminación de numerosos ERTE, así como la aplicación de los planes de choque de la Diputación de Córdoba y el Ayuntamiento de Córdoba, ambos rubricados por CCOO, “tengan un efecto positivo sobre el empleo y se continúe por la senda de la recuperación, aunque sabemos que los meses estivales, tradicionalmente, son malos para el empleo en Córdoba”.

La satisfacción por la bajada del paro se ve empañada por la situación de la mujer. “Como ya pasó en la crisis iniciada en 2008, la mujer está siendo expulsada del mercado de trabajo y es el grupo de población que más está sufriendo los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia del COVID-19”, ha lamentado el responsable sindical que recuerda que de los 85.843 personas desempleadas en la provincia, 48.832 son mujeres, es decir, el 56,88%.

Asimismo, el secretario de Empleo mostró su preocupación por que más de la mitad de los contratos realizados durante el pasado mes (17.482 de los 28.476) se hayan llevado a cabo en el sector agrícola que, sin embargo, no es el en el que más bajó el desempleo –lo fue la construcción, con 1.173 personas paradas menos-. “El campo es uno de los pilares económicos de la provincia, eso no se pone en duda, pero también es uno de los sectores más precarizados y nos preocupa que sea el que está absorbiendo, una vez más, a los desempleados que se generan en otros sectores, porque el campo tiene una capacidad limitada de empleo y una excesiva demanda puede tentar a algunos empresarios a abusar de la necesidad de trabajar de muchas personas”, advierte Merino.

Por otra lado, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en Andalucía, sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, ha acogido con cautela los datos del paro del mes de mayo conocidos este martes, que indican un descenso del desempleo en la comunidad de 9.210 personas respecto a abril, y ha recordado que los 969.089 desempleados y desempleadas que hay en Andalucía suponen la cuarta parte del total de parados en España, con lo que una de cada cuatro personas que se encuentra en esta situación en el conjunto del país es andaluza.

Frente a los casi 30.000 nuevos parados que se sumaron en el mes de abril a las listas del paro en la comunidad andaluza, en mayo se ha producido un leve descenso (del 0,94%) en relación al mes anterior. No obstante, en términos interanuales, el paro ha aumentado en 207.974 personas en el quinto mes de 2020, lo que significa un 27,32% más que en mayo de 2019, como consecuencia directa de la crisis de la Covid-19.

El presidente de CSIF Andalucía, Germán Girela, ha valorado el descenso del paro en mayo respecto a abril, porque “aunque sea una bajada más que discreta, se trata de personas que han dejado de engrosar las listas del desempleo en nuestra comunidad y eso es siempre positivo”. No obstante, ha recordado que “tenemos cerca de un millón de parados en nuestra comunidad” y ha pedido prudencia en el análisis de los datos ya que “podría tratarse de una bajada coyuntural debida a factores relacionados con la desescalada”.

“Queda un camino largo hacia la recuperación”, ha manifestado Girela, que ha confiado, no obstante, en que datos como el del pasado mes de mayo comiencen a apuntar una senda de esperanza”, al tiempo que ha reiterado su convencimiento de que reflotar la economía y el mercado laboral pasa por un plan que refuerce los servicios públicos.

A juicio del presidente de CSIF-A, “los datos vuelven a poner de relieve la enorme dependencia que tiene el mercado de trabajo andaluz del sector servicios y la gran fragilidad del tejido productivo de la comunidad autónoma”. Ante ello, ha abogado por la puesta en marcha de un plan de empleo autonómico que refuerce los servicios públicos y palíe el maltrecho mercado de trabajo andaluz.

Asimismo, Girela ha subrayado que “los datos de mayo dejan a las claras, de nuevo, que el desempleo en nuestra tierra tiene rostro de mujer, que acapara el 57,3% del total del paro en Andalucía, con 555.557 desempleadas, frente a 413.530 hombres”. En este sentido, ha reiterado la “necesidad de políticas efectivas por parte de la Administración para evitar esta situación, que condena a las mujeres a mayores niveles de desempleo”.

El sector público como motor

“Desde el sindicato, como fuerza mayoritaria en la Función Pública, estamos a disposición de la Administración autonómica para profundizar y colaborar en cualquier iniciativa desde el punto de vista del empleo que suponga reforzar los servicios públicos, que entendemos que en momentos de crisis se erigen en un importante motor de la economía y del empleo”, ha añadido Girela.

En este sentido, el presidente de CSIF Andalucía ha recordado que la organización sindical ha trasladado su disposición a participar en la gran alianza por Andalucía propuesta por el presidente de la Junta, Juanma Moreno, para reconstruir la comunidad autónoma desde el punto de vista social y económico tras los efectos de la pandemia del Coronavirus.

Para UGT continuamos otro mes como líderes destacados del paro estatal: el 25,12% de los parados son andaluces, porcentaje que se reduce cuatro décimas con respecto al del mes anterior (25,53%).

El 8,87% de los desempleados andaluces son menores de 25 años, proporción que se incrementa una décima con respecto a la del mes pasado (8,77%). El desempleo juvenil era ya, antes incluso de la aparición del coronavirus, un mal endémico de nuestro mercado laboral. Hay que poner en marcha cuantas medidas sean necesarias para  evitar que nuestros jóvenes vean agravada su situación.

Las trabajadoras andaluzas en paro ven aumentado, en 1,2 décimas, su peso relativo (57,33%), entre el conjunto de desempleados respecto al mes anterior (56,14%). Las cifras parecen empezar a confirmar lo que ya temíamos, esta crisis también va a tener repercusiones negativas en términos de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

El paro entre los trabajadores extranjeros se ha elevado un 2,05%. A su vez, en términos interanuales se ha producido un aumento del 34,63%, algo inferior al del Estado (35,78%).

El sector servicios continúa recogiendo a más del  67% de nuestros parados (67,66%). Durante este mes, el paro se ha visto incrementado en la agricultura y entre el colectivo de trabajadores sin empleo anterior, descendiendo en la industria, la construcción y los servicios. Por provincias, el desempleo ha decrecido en todas menos en Almería (3,93%), aunque de manera casi inapreciable en Huelva (13 trabajadores menos en paro).

En mayo se realizaron 40.211 contratos más que en el mes anterior, lo que supone un importante incremento del 22,49%. A pesar de ello, la contratación temporal sigue acaparando casi la totalidad de los contratos registrados: el 95,79% de los contratos fueron temporales.

La tramitación de las prestaciones de los trabajadores afectados por los ERTEs, que recordemos no computan como paro registrado, ha incrementado en 400.000 personas los parados que perciben una prestación contributiva. El coronavirus ha dado visibilidad a la importancia de contar con políticas públicas de calidad y dotadas de presupuesto suficiente. Las prestaciones por desempleo son un apartado fundamental en materia de protección social y precisan de una ambiciosa reforma que dote de dignidad la situación por la que atraviesan miles de desempleados andaluces.

Por último, el quinto de los meses del año ha servido para que se eleve un 1,03%,  la afiliación a la Seguridad Social. La tasa interanual (-6,08%) vuelve a situarse por debajo de la estatal (-4,56%), lo que pone de manifiesto la necesidad de continuar poniendo en marcha medidas que erradiquen la precariedad de nuestro mercado laboral.

Por todo ello, desde UGT Andalucía, analizados los datos de mayo, debemos resaltar lo esperanzador de los mismos ya que solo tres CCAA han visto reducido su paro registrado en porcentajes superiores a los de Andalucía: Extremadura, Castilla-La Mancha y La Rioja en un mes en el que el paro ha crecido  en un total de 10 CCAA. A pesar de ello, no hay que lanzar las campanas al vuelo sino continuar trabajando en la defensa de los puestos de trabajo amenazados por la crisis en la que nos hemos visto inmersos de manera inesperada.

El FMI prevé retrocesos del PIB para el conjunto del Estado de en torno al 8% en 2020, como consecuencia de la emergencia sanitaria derivada del Covid-19. Ante este posible escenario, es fundamental reflexionar sobre los errores cometidos en la gestión de la anterior crisis económica con el objetivo de evitar volver a cometerlos y que no se repita la insolidaria y precaria recuperación económica que veníamos registrando desde el pasado 2014.

Para ello, es preciso un mayor compromiso de nuestras empresas en términos de asunción de costes, sobre todo los grandes grupos y corporaciones empresariales. Los costos del parón de la economía no pueden volver a recaer sobre la clase trabajadora. Por ello, junto a las medidas de inyección de liquidez, ayudas a las empresas y extensión de los ERTEs, es preciso avanzar en términos de reducción de los márgenes de beneficio empresarial y en la limitación de los dividendos repartidos, propiciando que dichos capitales vayan dirigidos a evitar la destrucción de empleo y el hundimiento estructural de los salarios en el conjunto del PIB.

Las medidas de recuperación económica y de protección social requerirán de un importante montante presupuestario por lo que, además de los fondos que terminemos recibiendo por parte de las instituciones europeas, es necesario reformar nuestro sistema fiscal de manera que la carga impositiva quede repartida de forma mucho más progresiva y estableciendo nuevas figuras tributarias que, además de gravar las grandes fortunas, pongan también su objetivo en la economía especulativa que no genera ni riqueza real ni empleo.