LUCENA. Poco a poco los lucentinos nos enorgullecemos de los rincones que nos brinda nuestra ciudad. Quizá (aunque de los más denostados hace años) uno de estos sean los jardines, esos pequeños pulmones verdes que en una localidad como Lucena, atestada de vehículos, se presentan como lugar de integración vecinal, esparcimientos para niños y paseo entre jóvenes. No entraremos en el civismo que pueda tener o no la gente a la hora de mantener este otro “espacio de nuestra casa”. Nos detendremos, sin embargo, en saber quién los deja a punto para nuestro disfrute.

Si hiciéramos caso a nuestro olfato al salir de casa -maldita sea, ya con prisas y eso que “a quién madruga…”-, nos pararíamos a observar quiénes son los “culpables” de ese olor a hierba cortada y tierra mojada. Se trata de los operarios del Ayuntamiento encargados de Parques y Jardines, pertenecientes a la extinta Servimán que tanta cola y páginas han dado que hablar en los medios de comunicación locales y comarcales. En este sentido, me quedaré con una frase pronunciada por el presidente del comité de empresa, Manuel Burguillos, durante la reunión convocada por dirigentes del PP en el Salón de Plenos del Ayuntamiento el pasado julio: “qué culpa tenemos nosotros de que ahora quieran nuestros puestos de trabajo (…) cuando comenzamos a trabajar, hace más de 10 años, nadie quería recoger mierda de las calles”. Ahí lo dejo.

Al día siguiente de los trabajos municipales, otro colectivo continúa con el mantenimiento de nuestros “rincones verdes”. Cuatro operarios pertenecientes a la Asociación de discapacitados Frasquito Espada (AMFE) se encargan de esta labor. El convenio, iniciado entre el Ayuntamiento y el colectivo en 2008 por 21.600 euros anuales (en el que se incluían talleres medioambientales de formación teórico-prácticos) permitió facilitar la inserción laboral de 2 afiliados haciéndose cargo del mantenimiento de los jardines de la calle Alvarez Quintero y sus aledaños. A día de hoy, en 2014, son ya responsables de 13 espacios de este tipo en Lucena: el Llano Tinajerias, las Plazas de la Fuensanta, Tres Culturas y “El Brujo”; los jardines frente al Pabellón de Deportes, la “Plaza Amarilla” de Santa Teresa, la arboleda frente al Convento y la calle Los Robles; los aparcamientos del Matadero, los jardines de la calle Montilla intersección con calle Priego y  el espacio derecho de la calle Rute cercano a las viviendas del colegio de El Prado.

Todos los días del año realizan la limpieza de las papeleras, los residuos que pudieran quedar en la calle y las hojas caídas, así como el adecentamiento de los parques infantiles a su cargo. En épocas puntuales en que el Ayuntamiento corta setos y árboles, colaboran más arduamente.

En este trayecto de más de 6 años, tuvieron que salvar críticas por parte del grupo de la oposición, manifestando en 2010 el entonces presiente, Antonio Lara que “es verdad que hubo un tiempo que los jardines no estaban bien limpios, integrar una persona con una discapacidad es un riesgo que hay que correr”. También debieron soportar el recorte de las subvenciones en un 10%, pero con tesón y gracias a la integración de su labor en la delegación de Obras y Servicios que dirige Miguel Villa, en 2012 el convenio se amplió tanto en cuantía económica (llegando a los 45.060 euros anuales) como en las zonas de trabajo.

Con el dinero municipal, AMFE se permite la contratación de 4 personas con discapacidad física y orgánica. Actualmente son Rafael, mayor de 45 años y Marcos, Javier y Rafa, menores de 30, que perciben  a través de un contrato de media jornada 551,50 euros brutos mensuales. Según explica el presidente, Juan de Dios Vallecillo, “la demanda es mayor que la oferta”, ya que tienen establecidas contrataciones “por obra y servicios” de 3 meses prorrogables a 3 más, pudiendo optar a estos puestos de trabajo cualquiera de los socios que lo soliciten. La intención del colectivo es ir ampliando el acuerdo con el consistorio, para conseguir una integración real.

Vallecillo lamenta que, quizá, en algunos espacios de reciente creación, no conozcan de su labor, por lo que a partir de septiembre, los trabajadores de AMFE encargados de esta tarea, tendrán un distintivo en su uniforme. Aún así, desde la asociación se siente muy agradecidos a los vecinos, que los aplauden y felicitan por la manera de trabajar en las zonas que embellecen su lugar de residencia. Y con ello, les hacen ser “más persona”.

Tal es la importancia de esta actividad dentro de la Asociación de Minusválidos Frasquito Espada, que a finales de 2013, encuadradas en las VII Jornadas sobre la Discapacidad, organizadas en torno al Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el grupo condecoró en el apartado de personas sin discapacidad a Antonio Gaspar Rodríguez y Antonio Padillo Rodríguez, encargados municipales del área, muy volcados con los cuatro integrantes que de manera rotativa acceden a este puesto de trabajo.  Y es que, en ese mismo acto, el presidente de la Asociación, Juan de Dios Vallecillo, indicaba que “las personas con discapacidad somos titulares de los mismos derechos fundamentales que el resto de los ciudadanos”. El trabajo según la Constitución, es uno e ellos.

Así que, si levantan la vista la próxima mañana con el olor a tierra mojada o ven desde su ventana a los operarios que todos los días intentan “poner guapa” a su plaza, recuerden la historia de integración que entre todos, con nuestros impuestos, estamos realizando. Y, sobre todo, paren a saludar: quizá conozcan cuentos reales tan bellos como este.

Por María Mangas