MÚSICA. Ahora que las otrora “orquestas de feria” van dando paso en casetas de feria y fiestas a los “grupos de versiones” (formados por músicos que en otros tiempos aspiraban a ser algo en el mundo del rock) cuyo repertorio se nutre por la mayoría de las canciones que en los 80 copaban emisoras y ahora se han convertido en himnos generacionales.
Ahora que la proliferación y copias generalizadas de estos, a modo de innumerables descargas de la red de música de aquellos años y grupos, llena carteles de bares, ferias o celebración que se precie, no está de más revivir los sonidos y momentos de antaño, con quienes compusieron, cantaron y nos llevaron de la mano de ritmos bajo el cielo del sur, a la torre de la vela, al otro lado de la carretera o donde brillara el sol.
Y eso fue posible el pasado viernes 15 en el Teatro de la Axerquía de Córdoba que se celebró el Rock & Roll Star.
Se trata de un festival que pone en escena bajo el común denominador de esa etiqueta una banda de acompañamiento única, y a quienes en los 80 marcaron un hito en el panorama músical de España.
El cartel compuesto, en orden de aparición, por Javier Andreu (La Frontera), José Antonio García “Pitos” (091), Javier Ojeda (Danza Invisible) y Manuel España (La Guardia) era una garantía de éxito y consiguió reunir, según estimaciones, en torno a 2800 personas. Todo un éxito.
La noche comenzó con los cordobeses Rockopop, el grupo de exbajista de Medina Azahara, José Miguel Fernández. Con un repertorio compuesto por versiones de los 80 y 90 tanto del panorama nacional como internacional abrieron la noche y predispusieron a un entregado auditorio a la fiesta que se avecinaba.
Terminada su actuación, Javier Andreu, el cantante de La Frontera, hizo su aparición en escena. Con traje negro, botas vaqueras marrones y gafas de sol irrumpió armónica en mano para hacer que la asistencia se entregara al sonido de los éxitos más populares de su banda, La Frontera. Sonaron canciones como Cielo del Sur, Siete Calaveras, Judas el miserable o el archiconocido El Límite, el spaguetiti western rock sació y dejó con hambre de más.
A continuación José Antonio García “Pitos” tomó las riendas de la noche. La única oportunidad de escuchar de nuevo las canciones de 091, uno de los mejores grupos de rock en español de todos los tiempos, era algo impagable y esperado. Qué fue del siglo XX, La torre de la vela u Otros como yo, fueron parte del repertorio que interpretó, la poesía de Lapido sobrevoló el auditorio y los sueños de ver de nuevo a 091, se desvanecieron cuando terminó su actuación, dejando ese agridulce sabor de haber desgustado algo irrepetible que supo a poco por lo que hubiéramos deseado y lo imposible de la reunión de 091.
Javier Ojeda fue el tercer plato que el festival nos proponía, sonidos frescos y bailables vinieron de su mano. Con una versión de Eddy Grant, No quiero bailar, y Sin aliento, de unos recién formados Danza Invisible, inició su actuación. Con un poderío vocal indiscutible, saber estar en escena y un sonido más rockero que de costumbre tienen los sonidos de Danza, sus éxitos fueron pasando por el escenario con el consabido guiño del público que enseguida reconocía sus himnos: Sabor de amor, Al otro lado de la carretera o Naturaleza muerta. Impresionante por lo que ofreció y como fue todo agradecido.
Como fin de fiesta, Manuel España, puso a La Guardia en escena. Un sonido impecable entre lo acústico y lo eléctrico hizo que las canciones que en su día cantara con su formación , se subieran y bajaran del escenario a petición del público que las coreaba incesantemente. Brilló el sol y bien que brilló mientras interpretó la canción del mismo nombre, Mil calles llevan hacia a ti o La carretera. Muy profesional y cercano consiguió hacer que el público lo siguiera en todo momento y disfrutara con todo lo que ofreció.
Como broche de oro, ya que el público pedía más, Manuel España apareció de nuevo en escena, cantando Sabado a la noche de Moris y puso de nuevo al auditorio a cantar y bailar, después se unieron a la fiesta final, José Antonio García “Pitos”, Javier Andreu y Javier Ojeda para interpretar todos juntos el mítico Mueve tus caderas de Burning
Estos cuatro pesos pesados de lo más grande del pop rock español de todos los tiempos ofrecieron un espectáculo único de más de dos horas de directo que dejó boquiabiertos a todos los fans de estas míticas formaciones: La Guardia, 091, La Frontera y Danza Invisible, que se dieron cita en La Axerquía. Si en su tiempo hicieron historia en la música española ese viernes hicieron historia en la memoria todo el que pudo asistir.
Ojalá este verano podamos ver algo así por nuestros pueblos, es tiempo de música en directo de calidad.
Volver a valorar a quienes en su momento marcaron nuestras vidas poniendo banda sonora a tantos instantes, a quienes ya permanecen en nuestro acervo, es un deber social y cultural, y como oferta de diversión debería ser tenida en cuenta por nuestros responsables municipales de fiestas.
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