Sigue siendo amiga de Zapatero cuando, como declaraba en una reciente entrevista muchos lo han rechazado. ¿La historia democrática española lo hará “buen presidente”? ¿Qué siente al escuchar eso tan repetido de “la herencia recibida”?

Yo creo que una de las cosas malas de la política española es que la gente, en parte porque los medios de comunicación no hacen trabajo por ahí, no suele conocer personalmente a los líderes políticos con lo que les venden cosas muy raras como grandes estrellas mediáticas. Pero a mí me parece que la mejor manera de vender política es que tu perfil ideológico se corresponda con tu perfil personal con lo cual no hay ni trampa ni cartón. Además, me gusta ser una persona agradecida: ser Ministra de España es un honor enorme, un cargo de mucha responsabilidad y que te da malos ratos pero es muy emocionante porque representas a tu país, al resto de tus compatriotas. Y yo eso se lo debo a José Luis Rodríguez Zapatero.

Yo he tenido muchas discrepancias con Zapatero pero me pienso morir agradeciéndole que he sido ministra porque él ha querido. No me gusta la gente que cuando las cosas van mal se quitan de en medio ni la actitud de algunos compañeros que reniegan ahora de José Luis. ¿Qué José Luis ha cometido errores? ¡Si hasta algunos los ha reconocido él! Por ejemplo, ha declarado que llegó tarde a darse cuenta de la dimensión de la crisis y a tomar decisiones. Pero José Luis es una persona, políticamente hablando, noble y muy progresista, y algunas leyes que ha dejado el tiempo lo colocará en su sitio. ¿Qué luego ha cometido muchos errores con la crisis? Sí, evidentemente. ¿Qué yo tengo muchos compañeros que ya no se quieren acordar de nada porque ya no les conviene? Pues allá ellos. Yo no. Y lo digo yo que he tenido muchas discrepancias con él. A mí no me gusta la gente desmemoriada y desagradecida, sobre todo en aquellas cosas de tu vida que son muy importantes: ser ministro de tu país en democracia es muy importante. Y no lo voy a olvidar. Y no voy a renegar de él. No voy a hacerlo.

¿Volverá a primera línea política? ¿Se replantea su rechazo a presentarse como alcaldesa de Córdoba como insinuaron muchos medios de comunicación estatales y autonómicos?

Me he dado cuenta de una cosa: se puede ayudar mucho a tu país sin tener un cargo público. Yo, por ejemplo, lo hago con mis ideas socialistas a través de conferencias y escritos. Por lo tanto, no estoy enganchada a los cargos porque tengo vida propia, vida personal. No como de la política, nunca he comido de ella y me mantengo por mí misma a través de mi profesión. Ese es el punto uno. El punto dos es que para los que hacemos política desde la convicción personal, porque me reconozco socialista y de izquierdas desde que tenía 14 o 15 y me voy a morir así, esto es una pasión. Esto no es un quita y ponte, ahora no me conviene, ahora me meto en este partido, pasado en el otro, ahora me ofrecen un cargo, ahora lo suelto porque me ofrecen otro en otro partido…Para mí no es eso, para mi es mi ADN. Me pasa como a los toreros, que puede que no toree en las Ventas pero el que es de verdad nunca se corta la coleta. ¡Se muere torero! ¡Yo me muero socialista y política! ¿Significa eso algo? ¡No me importa lo más mínimo! (se ríe con una carcajada juvenil y osada aunque lo que evoca sea una vejez que aún le queda mucho por llegar). Por eso estoy disfrutando de mis clases, de mis conferencias, soy la responsable de la Fundación Ideas del PSOE en Andalucía, hago todo el trabajo (hace una pausa) gratis (vuelve a pararse) gratis… mi fundación no es como la de Jesús Caldera. En mi fundación los compañeros trabajan gratis, los documentos que hago a mi partido los elaboro sin recibir remuneración a cambio. Lo poquito que tenga intelectualmente hablando se lo regalo a mi partido. En la Fundación de Andalucía no se cobra un duro. Hoy estoy haciendo esto. Dentro de cinco años… ¡no lo sé! Pero yo, desde luego, no me pienso retirar de la política mientras viva. Es más, no me gusta nada la gente que cuando ya no tiene un cargo no quiere saber nada ni de las ideas ni del partido. Me da por preguntarme ¿qué hacían en el cargo?   Y tampoco me gusta la gente que se cambia de partido porque le ofrecen un sueldo mejor en el de al lado (aquí parece que se planta el fantasma de Rosa Aguilar, una de sus enemigas reconocidas y figura con la que más discrepancias tomó en su etapa de cargos dentro del PSOE). A mí me parece que en política se tiene que estar por vocación y ejerciendo con la mayor dosis de profesionalidad posible porque lo que trabajas son temas muy difíciles y dinero de los ciudadanos. Esto no es una profesión.

En 2000 Consejera de Cultura, Ministra del área hasta 2007. Usted dijo que “hoy en día, cuando se habla de cultura se habla de creación y de industria, una cosa sin la otra no existe”. ¿Cómo ve el apoyo político al sector?

 Sería de tontos negar  que estoy en desacuerdo en muchas de las cosas que está haciendo el gobierno del Partido Popular pero sobre todo lo estoy en que un gobierno español, que en este caso le ha ocurrido al del PP aunque ha ocurrido muchas veces en la historia, no tenga “visión larga”. Se puede recortar donde el Partido Popular considere que debe hacer, ya le dirán los ciudadanos lo que les tenga que decir, pero España no puede repetir un error endémico que es recortar en… ciencia, investigación y cultura (aquí vuelve a aparecer la Carmen Calvo más reivindicativa e indignada) ¡porque España tiene parte de su Producto Interior Bruto puesto en el turismo cultural! Y la gente a veces no se nos da cuenta: lo que aporta la cultura al PIB es más que la industria agroalimentaria, en cifras económicas es el segundo destino turístico del mundo. A nosotros no nos vienen a ver porque tengamos buen clima, que cada vez es menos, o seamos baratos, que no lo somos. A nosotros vienen a visitarnos porque tenemos los mejores museos del mundo, porque la lista de los personajes más significativos de la historia de occidente y Europa son españoles. Debemos remontar problemas endémicos de  investigación, de desarrollo intelectual y de ciencia por lo que… ¡recorta dónde quieras pero no lo hagas ahí! En carreteras, cuando se acabe la crisis, remontamos en tres años porque construirlas es caro pero rápido. Pero hacerlo en investigación y cultura lo que se haya destrozado va a suponer mínimo quince años.  De hecho, España tiene una laguna intelectual de republicanos que se fueron al exilio (los Cernudas, Zambranos, todos los catedráticos de la Complutense…) que hemos tardado setenta años en medio resolver. Así que repetir este error es muy grave para el gobierno de España, sea de derechas o sea socialista. Eso es absolutamente impresentable. España no se puede permitir que la gente vaya poco a los teatros y al cine, compre pocas obras de arte o un 21% de IVA  cultural. Francia y Alemania sí porque tienen más cultura de consumo. Un alemán no le importa gastarse 60 euros en una ópera. Un español no lo puede pagar.

Al tomar cargo como Ministra quiso impulsar el 1% de IVA en productos culturales. Ahora se encuentra en el 21%, ¿era factible realmente esa propuesta?

Lo tenía medio cerrado. Fue una de las cosas con las que me enfadé muchísimo con Zapatero porque lo tenía prácticamente resuelto. El Ministro francés, que era de derechas, y yo, teníamos absolutamente claro que los dos países debíamos tener el 4  % de IVA en productos culturales y teníamos convencidos a los alemanes que eran los que no querían. ¡Eso es hacer política! Fueron muchas horas de trabajo en Bruselas que no tienen ninguna foto glamurosa porque estás allí arrastrada, con un sueño que te mueres pero hubiera sido muy importante el haber conseguido aquello. Y los gobiernos posteriores de José Luis se tenían que haber esforzado en eso en lugar de dedicarse a otras cosas. Ahora nos hubiera cogido con un IVA más bajo, porque aunque lo hubiéramos tenido que subir, no se habría colocado en el 21%.

(La interrumpo porque el ímpetu de su discurso me implica más como ciudadana que como entrevistadora) ¿Es tocar de muerte la Cultura?

Pues…¡tú me dirás! ¡que te lo diga la gente! Entre otras cosas porque hay una parte importante del paro juvenil que tiene que ver con la cultura. Gente joven que encuentra trabajo no cavando olivos sino produciendo en la red, creando en nuevas tecnologías o en industrias anexas. Porque, por ejemplo, tener un restaurante interesante al lado del Museo Picasso de Málaga ya no es sólo montar un bar sino un lugar donde hay un chef bueno, donde ofreces cultura, donde debes tener un apartado de libros, donde se exponen cuadros… negocios bonitos, negocios modernos como tienen Notting Hills o los barrios de París y Berlín. Eso lo está haciendo la gente joven, la más moderna, la más lanzada, la más interesante, la más cosmopolita. Eso lo ha abortado este gobierno.

Otra de sus frases, que incluso repite con cierta asiduidad es que la cultura no puede ser “ni gratis ni cara”. Explique esto.

¡Pues claro, dije ni gratis ni cara por una razón! Ni gratis porque hay mucha gente que ese es su puesto de trabajo, ni cara porque entonces no es un derecho. Tiene que situarse en el punto intermedio. Para eso tiene que haber mucha “muleta” política.

¿Y el panorama cinematográfico?

En los años 60, mientras nosotros montábamos cajas rurales por el sistema agrícola del país, los americanos se dedicaron a los bancos específicos para financiar el cine.. ¿Por qué hicieron eso? Porque eran ya una gran potencia pero aspiraban a suceder a los ingleses y colocar sus productos militares y políticos en el resto del planeta, ¿cómo? con sus películas. Y sin embargo, nosotros le abrimos una bronca todos los días al cine español. ¡Es que no podemos ser más tontos! Los franceses tienen su cine archisubvencionado, van a verlo como si fuera una religión, les encantan sus actores, hagan la película que hagan, consumen su propia cultura y luego colocan su cine como una industria glamurosa donde a través de él instalan su moda y otros sectores. Sin embargo, los españoles todos los días le montamos una bronca a las subvenciones de nuestro cine cuando apenas suponen nada comparadas con otras y además son de las más limpias y mejor  justificadas. Yo, como Ministra, jamás vi corrupción en esas ayudas. Podría parecerme mejor o peor la película, que tuviera o no recaudación en taquilla, pero se justificaba hasta el último céntimo cosa que no ocurre con otras en el país. Aún así, en un alarde de analfabetismo total, le montamos un pollo. Otro ejemplo de que no ocurre esto son los italianos, que con su cine venden su moda, su aceite, su glamour. Pues nosotros, que con nuestro cine tendríamos que estar vendiendo nuestro turismo cultural al propio país, tenemos una línea mediática contra el cine español y todos sus trabajadores. Porque encima los acusan de una cosa que en democracia es un gran delito (ironiza) que es ser de izquierdas en general.

Ha declarado muchísimas veces que de lo que se siente más orgullosa es del Museo Picasso de Málaga, ¿qué otras cosas destacaría de su etapa con altos cargos en la política?

De verdad que me siento muy tranquila de todo el esfuerzo realizado por mi equipo y orgullosísima de muchísimas cosas. Por ejemplo, cogimos las obras  del Museo del Prado en un momento muy complicado. “El Casón del Buen Retiro” lo cogí flotando en agua y hubo que reformatearla entera. Para mí fue prioritaria esa acción. Pero es que además hice cinco leyes en Cultura en tres años consensuadas con el Partido Popular menos una votada. Pero eso no se recuerda, porque se prefiere sacar en un país machista como este, el bolso, el traje o los tacones que me puse. Cinco leyes entre ellas la Ley del Cine y la primera Ley del Libro y de las Bibliotecas que la anterior era aún de la época de Franco. Me dejé el borrador de la Ley de Propiedad Intelectual y el primer Plan Antipiratería porque es muy grave lo que ocurre en España, que forma parte de la picaresca de este país que no respeta a los demás su trabajo. No estoy en contra de que en las redes haya contenidos gratis, yo estoy en contra de que a las personas que pueden registrar su trabajo como propiedad intelectual suya no se les pague, porque estoy pensando en la gente joven, no por otra razón.

También me siento orgullosa de muchas otras cosas. De los beneficios de la Operación Picasso aún no somos conscientes. La operación Thyssen, al estado español le costó 40.000 millones de pesetas. La obra de Picasso vino gratis y fue un trabajo que realizó el gobierno de Andalucía. Yo hice 80 teatros en mi etapa como Consejera, incluido el de mi pueblo y en todas las localidades grandes que no tenía o sus instalaciones estaban cerradas. En este sentido, hicimos un esfuerzo para que la gente que vivía en ellas tuviera la misma calidad y oportunidades que las que vivía en las capitales.

Los circuitos para mover a los artistas andaluces y obtuvieran dinero en su propia tierra se montaron cuando yo era Consejera. El gran empujón a Medina Azahara incluida esa primera piedra para su Centro de Interpretación. Hice una apuesta muy fuerte para que Córdoba se definiera como ciudad cultural como lo era Granada y ahora está viéndose los frutos pero tiene su origen en decisiones como el C4. El borrador de que tuviera un Centro  de Arte Contemporáneo se queda cuando yo ya me marcho al ministerio. Fueron muchas las acciones, entre otras cosas porque estuve bastante tiempo, doce años y dio lugar a realizarlas.

Usted presidió la Comisión de Defensa, Igualdad y Políticas Integrales de Discapacidad. Parece que uno de los peajes de la crisis es no hablar de estos asuntos a diario, ¿no?

Pues eso es lo que más me preocupa, que seamos solidarios sólo cuando nos sobra el dinero, porque es como no serlo. Eso creo que lo dice la Biblia: si tú das lo que te sobre no estás dando nada. Se supone que tú tienes que tener en tu cabeza los ideales de igualdad, de favorecer a los discapacitados, mayores e inmigrantes porque si no ¿qué sentido de la solidaridad tienes? Es más, siempre pienso que si con mis impuestos estoy sacando adelante a dos personas desempleadas ¡yo me acuesto más a gusto por las noches! Me gusta leer biografías históricas y me impresionó mucho, que no sé si es cierto, que cuentan que Alejandro Magno le dijo a sus soldados que cuando él muriera le pusieran una capa y las manos fuera de ella para que todos vieran que el gran Alejandro se iba de este mundo con las manos vacías.

A mí lo que más me molesta de la corrupción política es que sea por dinero, que una persona pierda su honor, su pasado, su biografía, su buen nombre por cuestión económica. No lo entiendo. Yo lo entiendo, por ejemplo, de una mujer empresaria que su ambición es hacer fortuna y se arriesga por tener más y más, o de un artista que pone precio a su obra porque él mismo se lo cree. Pero que un político que se supone que está ahí por sus ideas se corrompa por tener cosas materiales no me entra en la cabeza. En fin, que a mí me gusta tener mi casa, y dinero que me permita pagar mi móvil y mi gasolina y si mi familia necesita algo y yo se lo puedo dar, pues estupendo. Pero… ¡yo no he elegido el dinero como vida, yo he elegido la política como vida! Otra anécdota se ve en la película sobre Lincoln, cuando dice (toma postura teatral y expresión grandilocuente) “compra votos de políticos que vamos a abolir la esclavitud” (se ríe de ella misma), ahí veo que la corrupción está hasta justificada porque decía el presidente que “no puedo montar la democracia con esclavos”. A mí que la gente se corrompa en el sentido afable del término, si es que lo tiene, porque quiera sacar adelante mejoras sociales, me parece bien. Pero que un político manche su nombre por conseguir dos millones, que no le correspondía o por tener una casa en Marbella, que no le correspondía, me molesta horrores.

Su hermano vuelve a aparecer, como tantas veces en la vida de Carmen desde que nació 15 meses después que él. Me quita mi bloc de notas y lo devuelve al momento con otra pregunta escrita “¿has pensado en ser alcaldesa de Cabra?”

… (Continuará)