CABRA.     

La Asociación Naturalista ABANTO ha puesto en marcha un proyecto dirigido a incrementar la población de lechuzas en Cabra, en colaboración con el IES Dionisio Alcalá Galiano. Para ello el pasado domingo miembros de la asociación trasladaban 13 pollos de lechuza desde el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas Dunas de San Antón en Cádiz, dependiente de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, hasta Cabra, donde van a ser introducidos en la localidad

La población de lechuzas ha disminuido en general en todo el país y en concreto en Cabra, por ello se ha puesto en marcha esta iniciativa, con el fin de reforzar la población de esta especie en el término municipal. Años atrás había unas 13 parejas de lechuzas en Cabra, y en la actualidad sólo hay 3 parejas. Con la introducción de estos 13 pollos, se pretende generar un reforzamiento de la población de esta especie en la localidad.

Las aves cedidas provienen de la Red de Centros de Recuperación de Especies Amenazas de la Junta de Andalucía, en este caso del centro de Cádiz. Esta red recoge y recupera aquellos animales que por una u otra razón han sufrido accidentes o las nidadas no han podido salir adelante. Como en el caso de las lechuzas en la cual la rehabilitación de tejados, o el robo de tejas deja al descubierto los pollos y con ello el consecuente fracaso reproductor.

Se trata de un proyecto integrado en el IES Dionisio Alcalá Galiano, de tal modo que los alumnos del Área de Tecnología del Centro han desarrollado los cajones en los que se han depositado los pollos de lechuza y las cajas nido que se van a distribuir por diferentes puntos del municipio, en las zonas donde habitaban ejemplares de esta especie tradicionalmente. Es la única experiencia de este tipo que se está realizando en colaboración con un centro educativo en todo el país.

El proyecto se realiza con voluntarios, ya que una vez introducidos en el cajón de suelta los pollos permanecen allí unos cinco días, período durante el cual son alimentados y pasado este tiempo el cajón se abre para que las aves puedan empezar a explorar el entorno, hasta que llegue el momento en el que abandonen el cajón y se instalen en el entorno del municipio, incluso en las más de 20 cajas nido que se van a distribuir en distintos puntos de Cabra, en concreto en lugares como edificios municipales, el Hospital Infanta Margarita y en otros edificios particulares. Los animales están anillados y puede realizarse así un seguimiento de estas aves.

A estos 13 pollos hay que añadir otros 3 que fueron soltados el pasado año, y lo normal, en este tipo de proyectos es realizar liberaciones durante un mínimo de cinco años con el máximo número de pollos disponibles.

Ivan Parrillo, integrante de la Asociación Naturalista ABANTO, ha explicado que la importancia de la lechuza radica por ejemplo en aspectos como regulador de plagas que afectan a cultivos (roedores fundamentalmente) y es un ave indicadora de la existencia de micromamíferos de la zona que habitan, y que pueden detectarse por las egagrópilas que regurgitan tras alimentarse.

En cuanto a las razones para la reducción de esta especie, se basan fundamentalmente según Ivan Parrillo, en el uso de fitosanitarios en los cultivos agrícolas, la exterminación de plagas de insectos, que a su vez es el alimento fundamental de roedores (principal alimento de estas rapaces) y la rehabilitación de edificaciones antiguas, cortijos fundamentalmente, cuyas obras se han realizado en muchas ocasiones sin una política de sostenibilidad adecuada, es decir realizando las obras en períodos de reproducción de las lechuzas y el expolio de tejas que ha afectado a los nidos. Otro factor que ha contribuido a la reducción de estas aves es que tradicionalmente se ha considerado a las  rapaces nocturnas como animales de mal agüero y frecuentemente han sido perseguidas o tratadas con desdén.